La circulación de virus respiratorios ha aumentado de manera sostenida en las últimas semanas. Aún falta que un 38% de los niños y niñas entre 6 meses y 5 años reciba su vacunación anual contra la influenza. ¿Qué hacer ante un contagio? Especialistas orientan al respecto.
“Mamá, me siento mal…” Esta una frase temida por madres, padres y quienes cuidan niños. Y es que, con la llegada del otoño, malestares como escalofríos y dolores corporales pueden significar influenza. Además, si aparecen en un día de semana, quiere decir que es mejor no enviar al niño o niña al colegio.
¿Qué hacer en este caso? La Dra. Carolina Herrera, especialista broncopulmonar de la Clínica Dávila Ñuñoa, recomienda comenzar por observar si se presenta alguno de los síntomas de la influenza: fiebre, escalofríos, tos, dolores musculares o corporales, vómitos y diarrea. “Estos síntomas pueden aparecer de repente y suelen indicar influenza, pero no siempre se presentan en conjunto. Los niños, por ejemplo, son más propensos a experimentar vómitos y diarrea que los adultos. Y no todas las personas con influenza tienen fiebre”, señala la especialista.
Entre enero y mayo de 2023 se ha quintuplicado la cantidad de contagios por influenza y otros virus respiratorios si se compara con el mismo periodo de 2019, antes de la pandemia, según el más reciente informe del Instituto de Salud Pública, ISP2.
Si un profesional médico confirma que tu hijo o hija tiene influenza, es importante informar al establecimiento educacional donde asiste. “La influenza es muy contagiosa, por lo que se trata de un problema de salud comunitaria. Si se informa al colegio de la presencia del virus, los demás miembros de la comunidad escolar pueden tomar precauciones”, indica la Dra. Carolina Herrera.
Es posible que la escuela cuente con un protocolo; por ejemplo, informar al personal y a otros padres y madres sobre la posible exposición al virus de la influenza, programar descansos para lavarse las manos a lo largo del día o recordar a los alumnos y alumnas que deben toser sobre los codos o utilizar un pañuelo desechable al toser3. En efecto, las aulas son entornos propicios para nuevos contagios, dado que quienes han contraído el virus de la influenza pueden contagiar a otras personas incluso antes de que los síntomas graves sean evidentes. Por lo mismo, la escuela puede aprovechar la oportunidad para recordar a los miembros de la comunidad escolar que se vacunen contra la influenza si aún no lo han hecho.
El Ministerio de Salud dispone de vacunación gratuita contra la influenza para los grupos de riesgo. Estos son niños y niñas desde los seis meses de edad y hasta 5° año básico; embarazadas desde cualquier semana de gestación; personas con enfermedades crónicas; adultos mayores desde los 65 años; personal de salud; personal de educación preescolar y escolar hasta 5° básico; personas cuidadoras de adultos mayores; trabajadores de avícolas y criaderos de cerdos; y familiares de lactantes prematuros o inmunosuprimidos menores de 6 meses de edad4.
“La vacuna contra la influenza sigue siendo la forma más importante de ayudar a reducir los brotes de esta enfermedad”, asevera la Dra. Milagro Sosa, Directora Médica de Abbott. “Todos los años la vacuna contra la influenza se actualiza de acuerdo a las orientaciones de la Organización Mundial de la Salud respecto de las cepas de mayor circulación. Por eso es importante la vacunación anual”, subraya la especialista.
Tratamiento de la influenza
Un diagnóstico preciso significa que es más probable que reciba el tratamiento correcto. Esto es importante en el caso de la influenza, ya que los medicamentos antivirales deben tomarse en las 48 horas siguientes a la aparición de los síntomas para que sean eficaces. Estos medicamentos pueden ayudar a acortar la duración de los síntomas, a la vez que previenen complicaciones graves, como lo son la infección de oído en niños y la neumonía5. “Recibir el tratamiento correcto también significa evitar los antibióticos, ya que, en el caso de la influenza, éstos no ayudan en absoluto y podrían ralentizar la recuperación”, indica la Dra. Carolina Herrera.
El camino hacia la recuperación
Hay otras medidas importantes que debes tomar si tu hijo o hija está en casa con influenza. Lo primero: asegúrate de que tenga una buena hidratación. Lo mejor es tomar agua. También ayudan las bebidas para deportistas y los caldos claros. Evita las bebidas que contengan cafeína, como lo son las bebidas cola, el té y el café. Si a su hijo o hija le duele la garganta, los cubos de fruta congelados o los helados de agua en paleta suelen ser de gran ayuda.
La Dra. Carolina Herrera recomienda mantener un botiquín con medicamentos de venta libre, pañuelos desechables y otros artículos que faciliten la convalecencia, y utilizar un desinfectante para limpiar los juguetes, los pomos de las puertas y las superficies de mayor uso, para que no enfermen otros miembros de la familia. Asimismo, puedes ver la opción de reprogramar las tareas escolares con los profesores, de manera que tu hijo o hija pueda centrarse en la recuperación, retomando a medida que disminuyen los síntomas.
Todo listo para volver a clase
Es fácil caer en la tentación de enviar a tu hijo o hija al colegio en cuanto empiece a sentirse mejor, sobre todo si has tenido que faltar al trabajo o has debido confiar en una persona cuidadora. No obstante, los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC) recomiendan que los niños y niñas enfermos permanezcan en casa 24 horas después de que los síntomas empiecen a remitir6. “Si un niño o niña que ha tenido influenza vuelve al colegio demasiado pronto, es posible que siga diseminando el virus en el entorno. Debe haber estado durante 24 horas sin fiebre, sin la ayuda de medicamentos, para volver al colegio de manera segura”, advierte la Dra. Carolina Herrera.
Identificar el virus de la influenza y saber reaccionar en cuanto aparecen los síntomas no sólo acelerará la recuperación, sino que ayudará a mantener la salud de los demás miembros de la familia y de la comunidad durante la temporada de virus respiratorios.