La hipertensión gestacional es uno de los trastornos más frecuentes, presentándose en el 2-8% de los embarazos. Conocer sus síntomas y hacer un adecuado tratamiento permitirá disminuir los nocivos efectos de esta enfermedad.
. Son muchos los cambios que una mujer experimenta durante el embarazo a nivel físico y emocional, por eso es importante estar alerta y reconocer síntomas que puedan manifestar la presencia de hipertensión gestacional. Esta enfermedad, que se manifiesta en la segunda mitad del embarazo, se ha convertido en la principal causa de mortalidad materna si no se realiza un adecuado tratamiento, siendo los síntomas más comunes dolor de cabeza y rápido aumento de peso.
La causa de esta enfermedad ocurre en las etapas iniciales de la gestación, cuando el cigoto –o huevo fecundado– se implanta en el útero a través de la invasión del trofoblasto en la pared uterina dando origen a la placenta; cuando este proceso es anormal se llama mala placentación, que origina posteriormente este trastorno.
La hipertensión gestacional puede ser leve e incluso desaparecer transcurrido las semanas de embarazo, o bien, puede desarrollar una complicación más grave, la preeclampsia.
“Cerca del 25% de las mujeres con hipertensión gestacional desarrollan una preeclampsia, que se caracteriza por niveles elevados de presión arterial y pérdida de proteína a través de la orina (Albumina), señales que comienzan en la segunda mitad del embarazo y puede afectar a todos los órganos del cuerpo, especialmente al riñón, hígado y cerebro”, explicó el ginecólogo de IntegraMédica, Eghon Guzmán,
Sobre los tipos de preeclampsia que puede desarrollar una mujer, el ginecólogo indicó que existen:
- Preeclampsia leve: Cuadro que exige un control estricto de la salud de la madre y control frecuente en la atención médica, además de exámenes para evaluar la salud del bebé. Es posible que requiera hospitalización unos días al principio del embarazo para evaluar la condición de ambos, si todo anda bien, se puede lograr un embarazo de término.
- Preeclampsia grave: En la interrupción del embarazo, el bebé puede no sobrevivir si es muy prematuro, por esto se debe controlar estrechamente a la paciente; requiere hospitalización y exámenes diarios o frecuentes. Lo ideal es que la madre sea tratada por un especialista en Medicina Materno Fetal.
Para prevenir los efectos nocivos de una hipertensión gestacional no tratada, es importante que las futuras mamás adviertan y consulten a su ginecólogo de manera precoz ante los siguientes síntomas:
- Cefalea (dolor de cabeza).
- Problemas a la vista o visión borrosa.
- Rápido aumento de peso.
- Dolor en la región abdominal superior (epigastralgia).
- Edema de las extremidades inferiores (hinchazón).
- Zumbidos en los oídos (tinnitus).
¿Cómo se mantiene controlada la preeclampsia en el embarazo?
Uno de los exámenes que permite predecir la preeclampsia en la segunda mitad del embarazo, es el estudio del Doppler (flujo vascular) de las arterias uterinas, el que debe realizarse a las 11–14 semanas de gestación.
El especialista tratante podrá recetar el uso de aspirina de 100 mg para aquellas mujeres que hayan salido con el estudio alterado y volverá a realizar un nuevo estudio Doppler a las 22–24 semanas para comprobar la evolución de la enfermedad.
De salir nuevamente alterado, se deberán realizar controles prenatales más frecuentes para darle un adecuado seguimiento al estado de salud de la madre y del bebé en gestación.
Adicionalmente, el ginecólogo indicará un set de exámenes que se deberán realizar con el objetivo de tener un mejor control de la paciente:
- Control estricto del peso materno.
- Exámenes para evaluar la funcionalidad de sus órganos especialmente del riñón, hígado, elementos sanguíneos figurados (Hemograma, pruebas de coagulación, recuento plaquetario) y evaluación de sus reflejos osteotendineos.
- Fondo de ojo.
- Control de perdida de albumina por la orina.
- Nivel de ácido úrico en la sangre.