Ya todos saben que las internacionalmente conocidas Jennifer López y Kim Kardashian rompieron los estándares de la moda con sus cuerpos, provocando que ahora sean las curvas lo que las personas, en especial mujeres, quieren resaltar. La zona más envidiable de estas famosas son sus glúteos prominentes, lo que ha generado mucha demanda de gluteoplastía en el mundo de la estética.
En Europa, según la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética, este tipo de operación ha aumentado en los últimos dos años entre un 20 y 30% y la proyección se estima en aumento. Si bien no se solicita tanto como en Latinoamérica, las mujeres europeas están buscando cada vez más glúteos de mayor tamaño.
Si nos trasladamos a Chile, esta tendencia no queda atrás. Según el cirujano plástico Roberto Prado, este tipo de intervenciones aumentan cada día en el país, y usualmente crece la demanda en temporadas de verano. El Dr. Prado además explica que “este tipo de intervenciones, por lo general se la realizan mujeres jóvenes, quienes buscan potenciar la confianza en sí mismas y sentirse más atractivas”.
La glutoesplastía a menudo se soluciona con dos técnicas: el lipofilling o los implantes.
Lipofilling: técnica más natural y menos invasiva. Es una cirugía recomendada en mujeres que tienen grasa para extraer en otras zonas, como la cintura, para inyectarla al tejido subcutáneo del glúteo.
Sin embargo, el doctor Prado advierte que esta técnica puede ser sumamente peligrosa sin un profesional autorizado, porque si bien tiene la ventaja de ser más económica y de usar tejidos propios, puede presentar algunos riesgos específicos, “como es la reabsorción de porcentaje importante de la grasa colocada y la posibilidad de una embolia grasa (paso de grasa al torrente sanguíneo, alojándose finalmente en los pulmones), lo que puede resultar fatal para la paciente”.
Es por ello, que este tipo de procedimientos siempre tiene que ser realizado por un profesional, que cumpla con el estándar que exigen este tipo se intervenciones.
Implantes: técnica que utiliza implantes de gel cohesivo de silicona, similares a las de mama, que se colocan bajo el músculo para evitar desplazamientos y ganar naturalidad. Esta operación es perfecta para mujeres delgadas que no tienen grasa para extraer e infiltrar después. La duración de esta prótesis es similar a la del pecho, por lo que es recomendable revisarlas cada diez años. Este postoperatorio es algo incómodo, porque las pacientes no pueden sentarse ni apoyarse entre 7 y 15 días.
Doctor Roberto Prado
Cirujano plástico y reconstructivo, miembro de la Sociedad Chilena de Cirugía Plástica, acreditado por CONACEM