Dra. María Angélica Orjuela, Master en Medicina Estética y Directora de Mediser
El cortisol es conocida como la hormona del estrés, ya que el organismo la fabrica ante situaciones de emergencia para ayudarnos a enfrentar los problemas. Cuando se produce una situación de alarma nuestro cerebro envía un mensaje a las glándulas adrenales para que liberen cortisol. Esta hormona, a su vez, hace que el organismo libere glucosa a la sangre para enviar cantidades masivas de energía a los músculos, y todas las funciones anabólicas de recuperación, renovación y creación de tejidos se paralizan y el organismo cambia a metabolismo catabólico para resolver esa situación de emergencia. En caso de una situación extrema en que por ejemplo, debas defenderte de un ataque o reaccionar frente a un accidente, el cortisol le permitirá a tu organismo recuperarse mediante la restauración de la energía que se utilizó para dicha emergencia.
Cuando la situación de estrés es puntual, una vez superado el evento los procesos fisiológicos y los niveles hormonales vuelven a la normalidad. Sin embargo, ¿Qué pasa cuando el estrés es prolongado, como es muy frecuente hoy en día debido al ritmo de vida que llevamos? lamentablemente en este caso, los niveles de cortisol se disparan en el organismo, y al ser el único proveedor de glucosa el cerebro, tratará de conseguirla por diferentes vías dañinas, como destruir ácidos grasos, tejidos, proteínas musculares y cerrando la entrada de glucosa a lo otros tejidos.
Si un aumento momentáneo en los niveles de cortisol provoca la destrucción de los tejidos, mantener estos niveles crónicamente elevados en la sangre conllevará a estrés constante, alta irritabilidad y cambios relacionados con el deterioro del metabolismo. Además, los niveles altos de cortisol alterarán el metabolismo, contribuirán a la acumulación de grasa y por tanto, la obesidad.
Mantener un estilo de vida saludable, partiendo por alimentación adecuada y supervisada, en donde se incluya una variedad de comidas de todos los grupos alimentarios, ayudará a disminuir o regular los niveles de cortisol en el cuerpo.
La actividad física regular sin duda que ayudará a reducir los niveles de cortisol y de estrés: yoga, bicicleta, natación, son sólo ejemplos de actividades ideales para mantener sanamente el organismo. Sin embargo, ojo que como todo en exceso no es recomendable, un entrenamiento físico exagerado puede generar precisamente el efecto contrario. Durante el ejercicio, el cuerpo produce un incremento temporario en los niveles de cortisol, aunque en niveles moderados el nivel de esta hormona regresa rápidamente a niveles normales poco después de tu entrenamiento.El entrenamiento de la resistencia es un gran generador de cortisol si este es mayor a 40 minutos y de intensidad moderada-alta, por que el ejercicio, de alguna manera, es un estímulo estresante para nuestro cuerpo.
Por esto mismo, una vida equilibrada, sin excesos, con la cantidad de ejercicio justo, combinadas con actividades al aire libre y otras técnicas de reducción de estrés en la rutina diaria, como compartir con la familia y amigos, leer un buen libro y realizar actividades que disfrutemos, son la recomendación ideal para mantener un cuerpo sano y bello.