Son alrededor de 500 mil las mujeres que padecen en nuestro país de esta enfermedad históricamente subdiagnosticada que provoca síntomas invalidantes al 82%, además de problemas emocionales, sociales y laborales, a lo que se suma que aproximadamente la mitad de ellas ve afectada su capacidad de ser madre.
Según las estadísticas una de cada 7 u 8 mujeres sufre en Chile de endometriosis, patología que genera mucho dolor, deterioro profundo en la calidad de vida, además de problemas emocionales, sociales y laborales. A lo anterior se agrega que los tratamientos son caros y no accesibles para toda la población, razones que motivan a los especialistas a hacer un llamado al Ejecutivo para que promulgue la Ley de esta enfermedad que quedó estancada en el Congreso después de una aprobación en segunda instancia.
Así lo señala el doctor Aníbal Scarella Charmy, presidente de la Sociedad Chilena de Medicina Reproductiva (SOCMER), quien indica que la endometriosis, también llamada “cáncer blanco” por su severidad y expansión (a pesar de tratarse de una enfermedad benigna), afecta a alrededor de 500 mil mujeres chilenas, que sienten abundante dolor entre sus períodos menstruales, como también durante sus necesidades biológicas y reproductivas.
Esta enfermedad, cada vez con mayor prevalencia, se produce cuando la capa interna que reviste el útero (tejido endometrial), crece en otros órganos de la cavidad pélvica como ovarios y trompas de Falopio, aunque también puede expandirse a intestinos, vías urinarias, pulmones e incluso cerebro.
“Otra de las principales complicaciones que produce es la infertilidad por la distorsión anatómica que causa en la pelvis femenina y el impacto del proceso inflamatorio en la reserva ovárica, condición que impacta fuertemente a nuestro país, ya que ostentamos una de las tasas de natalidad más bajas (1.3 hijos por mujer) del continente y mundo”, explica el especialista, también director del Centro de Reproducción Humana de la Universidad de Valparaíso.
Marco legal para una enfermedad crónica y sin cura demostrada
Por su parte, el Dr. Ignacio Miranda, profesor asociado de la Universidad de Chile y director del Centro Nacional de Endometriosis del Hospital Clínico de esa casa de estudios superiores, señala que hay tratamientos médicos y quirúrgicos que van a depender del grado de severidad de esta patología que ha estado subdiagnosticada por mucho tiempo y que no todas las pacientes pueden tener acceso a ellos, por lo que es fundamental pueda promulgarse la Ley de esta enfermedad que postula, entre otras cosas, se avance en su reconocimiento desde el punto de vista de las aseguradoras, se generen políticas públicas y una comisión nacional que vele por ellas, manteniendo un registro de quienes padecen la enfermedad.
“También que se creen centros de referencia en el país para derivación y se entreguen recursos para la preservación de la fertilidad” manifiesta el médico, añadiendo que en el último tiempo se han producido avances importantes respecto al manejo de la enfermedad como la creación de la primera guía clínica u orientación técnica para su diagnóstico y tratamiento, además de la capacitación que se está entregando a profesionales de la salud mediante cursos, entre otros.
En conclusión, este proyecto busca establecer una ley marco que no solo reconozca la enfermedad, sino que promueva y garantice el cuidado integral de las niñas y mujeres fijando derechos tales como acceder a un diagnóstico y atención oportunos, como también que el Estado entregue apoyo en los tratamientos de criopreservación de ovocitos para preservar la fertilidad u otros tratamientos que persigan proteger la salud sexual y reproductiva de la mujer, recalca el doctor Eduardo Correa, médico ginecólogo, especialista en medicina reproductiva y director médico de Gedeon Richter Chile.
El profesional, junto con subrayar que la endometriosis es una enfermedad crónica sin una cura demostrada ni causas claras que acompaña a la mujer durante toda su vida fértil, menopausia y en ciertos casos hasta la posmenopausia, señala que a los avances anteriores, también se adicionan tratamientos farmacológicos de primera línea y anuncia que para el último trimestre de este año llegará a Chile, de la mano de la compañía farmacéutica húngara, un fármaco oral 100% innovador, con más ventajas que los precedentes para mejorar la calidad de vida de un importante número de mujeres que no reaccionan a los medicamentos convencionales con que actualmente se trata esta patología.
Algunos datos de interés
Según la Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología (SOCHOG), el subdiagnóstico es uno de los principales problemas que acompaña a esta enfermedad, ya que muchas pacientes no saben de su condición y pesquisarla es lento: de acuerdo a estadísticas es entre 6 y 11 años el tiempo promedio de diagnóstico, a la vez que en un 68% de los casos el diagnóstico inicial fue incorrecto.
Por los dolores que causa, 7 de cada 10 mujeres no pueden terminar sus estudios, mientras que una de cada 2 o 3 pacientes se separan o divorcian de sus parejas.
Desde el punto de vista farmacológico, se usan diferentes tipos de medicamentos como las progestinas, ya que se trata de una enfermedad hormonodependiente, siendo la molécula dienogest la única investigada sistemáticamente. Sin embargo existe un porcentaje de pacientes que no responden a ella, razón por la que se emplean análogos de la GNRh (hormona liberadora de la gonadotrofina) que tienen como función bloquear intensamente los estímulos hormonales por parte del hipotálamo y la hipófisis.