Dra. Nelly Baeza, coordinadora del Programa de Salud Pública de la Universidad Central, afirma que se debe reforzar el lavado de manos, así como la disminución y reciclaje de residuos, mientras dure el paro.

Santiago, noviembre 2016. Enfermedades gastrointestinales e infectocontagiosas son las afecciones más comunes que podrían impactar en la salud de la población debido a la acumulación de basura en las calles de Santiago, producto del paro en el sector público.

Dra BaezaLa Dra. Nelly Baeza, coordinadora del Programa de Salud Pública de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Central, explica que la acumulación de basura produce malos olores, lo que, junto con resultar desagradable, permite la reproducción de virus, bacterias u hongos presentes en nuestros residuos. “También llegan los insectos, roedores, perros o aves que, al alimentarse de estos residuos y luego moverse en nuestro entorno, pueden expandir la presencia de estos microorganismos, actuando como vectores de las enfermedades infectocontagiosas”, añade la especialista en Salud Pública.

Las altas temperaturas que se han registrado en estos días tampoco facilitan la situación, ya que el calor colabora en la degradación de los residuos domiciliarios, aumentando la pestilencia en el ambiente y la distribución de los vectores de enfermedades.

La alerta sanitaria fue anunciada el pasado jueves 10 de noviembre por la ministra de Salud, Carmen Castillo, entregando facultades para la contratación de personas o servicios que refuercen el retiro y disposición de basuras en sitios autorizados para la Región Metropolitana.

En este sentido, la coordinadora del Programa de Salud Pública de la Universidad Central, destacó que este problema es de carácter nacional, “donde todos nos vemos afectados, ya que lo más frecuente es que la recolección de basura la realice el municipio y no empresas privadas”, agrega.

¿Qué podemos hacer?

Considerando que las enfermedades gastrointestinales pueden aumentar frente a esta coyuntura, una primera medida es reforzar el lavado de manos y disminuir y reciclar nuestros residuos.

“Es una oportunidad para que las personas podamos aprender a reciclar y disminuir nuestro volumen de residuos”, indica la Dra. Baeza

La médico salubrista explica que lo primero es separar en tres tipos de residuos: orgánicos (cáscaras, restos de frutas, verduras, hojas), papeles y plásticos o latas.

“Los que se deterioran son los residuos orgánicos; para ello podemos realizar un compost casero que después servirá de abono para nuestras plantas. Incluso, en la logia de un departamento se puede habilitar un cajón con tapa donde depositar los desechos orgánicos, y luego ponerle una capa de tierra. Los papeles, plásticos y latas, por ahora, pueden ser llevados a puntos limpios dispuestos en la ciudad”, finaliza la facultativa.