Fue escrita por la editora de una revista de la alta sociedad británica, que está convencida de que “los buenos modales pueden abrir puertas que la mejor educación no puede”.

Fuente: Emol

“No importa cuántas A tengan, qué título tengan. Si tienen buenos modales, le agradarán a las personas y estas las ayudarán”, fue el mensaje que Kate Reardon, editora de la revista de la alta sociedad británica “Tatler”, les entregó en julio pasado a las alumnas de un colegio de elite de su país.

Claro, porque Reardon -quien también fue educada en un colegio privado – es una convencida de que los buenos modales son la clave para el éxito. “No hablo de usar la cuchara correcta para la sopa o comer los espárragos con la mano izquierda… Hablo de ser educado y respetuoso, y hacer que las personas con quienes se interactúa se sientan valoradas”, señaló.

“El encanto y los buenos modales los llevarán lejos. Como la juez de la Corte Suprema de Estados Unidos alguna vez dijo: ‘Los buenos modales pueden abrir puertas que la mejor educación no puede'”, agregó.

De esta manera, la periodista instó a las alumnas -y a los jóvenes en general- a equiparse con habilidades sociales, como las que se indican a continuación:

Lo permitido:

– Desarrolla la confianza para expresarte verbalmente: “La manera de comunicarse en persona es el 90% de cómo serás evaluado por un futuro empleador, amigo u amante”, sostiene Reardon. Por esto, no se debe evitar la interacción cara a cara, y hay que procurar no esconderse detrás de un computador o de un teléfono celular cuando se quiere comunicar algo verdadero.

– Envía emails de agradecimientos: eso sí, esto forma parte de los buenos modales sólo si se hace de forma instantánea y no tres días después. En tanto, para lograr una buena impresión se debe enviar una carta escrita (sin faltas de ortografía) la mañana siguiente a la invitación que se quiere agradecer. “Los mensajes de texto sólo son tolerables para un almuerzo casual”, aclara la periodista.

– Si eres mujer, ofrece dividir la cuenta en una cita: y si no tienes dinero, elige un lugar barato. “Un pic nic en el parque es tan atractivo como una cena de lujo si es que habrá besos”, afirma la editora de “Tatler”.

– Sé el primero en llegar al trabajo y el último en irte: según Reardon, no importa que llegues 30 segundos antes que todos y te vayas 15 segundos después. “Sólo hazlo. La relación esfuerzo/recompensa es una muy buena inversión en tu carrera”, apunta.

– Preocúpate de tu apariencia: no se trata de hacer un esfuerzo sobrehumano por parecer actrices o actores de Hollywood, sino de cosas simples como lavarse el cabello, cortarse las uñas y vestir ropa limpia. “Si te ves como alguien que no se tiene respeto a sí mismo, ¿por qué los demás deberían respetarte?”, se pregunta la periodista.

– Si alguien tiene comida entre sus dientes, ¡avísale!: obviamente, hazlo de manera discreta y silenciosa. “No hay nada más mortificante que llegar a casa sólo para darte cuenta de que has estado sonriendo y coqueteando toda la noche con restos de comida en tus encías”, asegura.

Lo prohibido

– Poner “besos” al final de un email de trabajo: en este caso, lo correcto es poner sólo la firma, sobre todo si el intercambio de correos es con un superior.

– Ducharse inmediatamente después de haber tenido sexo: de acuerdo a Reardon, eso simplemente es algo de mala educación.

– Ser extremadamente atento: “A nadie le importa ser manipulado, siempre y cuando seas tan bueno en ello, que los otros lo disfrutan”, afirma la periodista.

– Decir cualquier cosa en línea que no dirías fuerte y en público a una persona real.

– Pretender que no quieres comprometerte en una relación cuando en realidad sí lo deseas: “Decirle a alguien lo que tú piensas que quiere escuchar, es tonto y lo máximo en malos modales. También es horriblemente contraproducente para ti”, asegura Reardon.

– Ser desagradable: según la periodista, cuando una persona se comporta mal, daña su reputación algo que -a su juicio- es sumamente precioso.

– Insultar a la madre o al perro de otra persona.

– Dejar tu teléfono celular sobre la mesa durante un almuerzo, comida o reunión: hacerlo implica que cualquier cosa que se diga a través del aparato es más importante que la persona con la que estás sentado. “Si estás esperando por algo urgente, ponlo para que vibre y mételo en tu bolsillo”, aconseja Reardon.

– Hablar de ti todo el tiempo: si es así, tu interlocutor se aburrirá y querrá dejarte solo. Lo correcto es hacerle preguntas para que sienta que tú también tienes interés en él.

– Atrasarse: sin duda, es la “top one” de las reglas de buenos modales de los británicos. Llegar tarde “demuestra que valoras más tu tiempo que el de la persona que te está esperando”, explica la periodista.