El embarazo representa una etapa fisiológica en la vida de la mujer que determina en gran medida su salud posterior y con cierta predicción la salud de su hijo. Por esto, la importancia de mantener una alimentación correcta durante esta etapa.

Es sabido que mantenerse activo es saludable en cualquier etapa de la vida del ser humano en estado de salud, y prácticamente en todas las condiciones patológicas. El embarazo representa una etapa fisiológica en la vida de la mujer que determina en gran medida su salud posterior y con cierta predicción la salud de su hijo.

“Si bien se sugiere que las mujeres gestantes practiquen actividad física con regularidad y programación; esto quiere decir, entrenamiento habitual o modificado según trimestre de embarazo, condición de riesgo o indicación médica. También se debe hacer énfasis en proveer de una correcta nutrición tanto a la madre como al feto, que cubra las necesidades nutricionales propias del embarazo, además de las adaptaciones que promueve el entrenamiento o el gasto energético asociado a la actividad física”, comenta Natalia de la Horra Barahona, nutricionista de gimnasio Sportlife.

Se debe tener en cuenta que la etapa de embarazo implica formación de nuevas células, es decir crecimiento de tejidos, lo cual representa una demanda energética y nutricional adicional, si se compara con una mujer no gestante, y si a esto le sumamos la práctica actividad física, debemos vigilar con cautela ciertos aspectos de la alimentación.

Las siguientes son recomendaciones de la nutricionista de gimnasio Sportlife, Natalia de la Horra Barahona, para mantener un embarazo saludable y activo:

  • Correcta hidratación: Agua 150 ml cada 15 minutos de actividad física, y cada vez que sea necesario.
  • Frutas y verduras: Aumentar el consumo de una pieza de fruta, idealmente después del entrenamiento, ayudará a mantener niveles de glucosa estable, sensación de saciedad, aporte de agua y micronutrientes, y por último promueve adaptaciones al ejercicio físico. Las verduras pueden ingerirse con más libertad, estas aportarán fibra, micronutrientes y además electrolitos tan importantes como el potasio.
  • Omega 3: Incorporar una pieza de pescado graso o semillas en el caso de llevar una alimentación vegetariana, esto aportará además proteínas extra a la alimentación
  • Lácteos: amentar el consumo de un lácteo bajo en grasa ayudará a cubrir las demandas de calcio, extra que genera el embarazo y la contracción muscular. Además, aporta electrolitos para la rehidratación y proteínas completas.

Se debe evitar el consumo de suplementos deportivos, sobre todo sin supervisión médica y nutricional, ya que muchas veces las etiquetas no declaran la totalidad de los ingredientes, y aquellas que cumplen con la veracidad de la información, contienen ingredientes que en su mayoría atraviesan la vía placentaria. En este sentido, representa más un riesgo que una ventaja. Por último, procurar llevar una alimentación natural y evitar la presencia de alimentos procesados y ultra procesados que promuevan la retención de líquidos, los malestares gastrointestinales, los malos hábitos alimentarios y pongan en riesgo la salud de la mujer y el feto en lo inmediato y a futuro.

“La alimentación a través del ciclo vital incluye a la nutrición dentro del útero, es ahí donde comienza la salud de tu hijo”, enfatiza la experta de gimnasio Sportlife.