Por Carolina Pérez Plaza de los Reyes
Ing. Comercial /Coach PNL
En un mundo en que debemos cumplir con todo y todos, solemos olvidarnos de nuestra persona y de nuestro bienestar. Para que ello no suceda, resulta vital cultivar sentimientos hacia nosotros mismos, partiendo por el amor propio.
Hablamos de mirar hacia nuestro ser interior, ver nuestra belleza, saber que somos dignos de amor y respeto, no por lo que tenemos, sino simplemente por lo que somos. Ello evitará -por ejemplo- que nos volquemos a relaciones externas, queriendo dar y recibir amor, pero olvidándonos de cultivar el amor y el respeto hacia uno mismo.
Cultivar el amor propio es un proceso continuo y evolutivo, que requiere de constancia, dedicación y autorreflexión. Para lograrlo debes trabajar el autoconocimiento, practicar la autoaceptación, establecer límites saludables, practicar la autocomplacencia y buscar el bienestar y la felicidad en el ser.
Verás que así, al cultivar una relación positiva y amorosa con nosotros mismos, aumentará nuestra autoaceptación y autoestima, lo que nos permitirá manejar de mejor manera y de forma más efectiva el estrés y tener una actitud más positiva en la vida.
A su vez, establecerás relaciones más saludables con los demás, lo cual te permitirá crecer como persona sana, sin llevar mochilas cargadas de malos momentos o faltas de respeto. Ese tipo de vinculaciones son equilibradas, se basan en el respeto mutuo y la reciprocidad. Además, al tener una imagen positiva de nosotros mismos atraemos personas que nos valoran y nos tratan con amor y respeto.
Practicando el amor propio nos brindamos a nosotros mismo el tiempo y la atención necesaria para cultivar una vida equilibrada, cargada de felicidad y satisfacción, transformándose en una fuente de empoderamiento personal que fortalecerá nuestro bienestar emocional. Es hora de quererte a ti!