Algunas actividades forman parte de nuestra rutina de manera automática, como comer, dormir, cepillarnos los dientes o ducharnos. Sin embargo, el ejercicio físico aún no ocupa ese espacio en la vida de muchas personas, aunque debería, ya que sus beneficios van mucho más allá de la estética.

Cuando nos ejercitamos, nuestro cuerpo experimenta diversos procesos que impactan directamente en la salud y el bienestar. A propósito del Día Mundial del Fitness, que se celebra el 6 de abril, descubre cuáles son y replantea tu relación con la actividad física.

1. Estimula la producción de mitocondrias

El ejercicio físico promueve la biogénesis mitocondrial, es decir, la formación de nuevas mitocondrias dentro de las células, que son las encargadas de generar energía. Este proceso es fundamental para la salud, la longevidad y el bienestar. “Además de mejorar la resistencia muscular y acelerar la recuperación post-entrenamiento, el aumento de mitocondrias también retrasa procesos degenerativos y prolonga la salud celular, según un estudio publicado en la revista Biology”, señala el doctor Carlos Ulloa, especialista en Medicina del Deporte y Actividad Física y miembro del Consejo Consultivo de Nutricionistas de Herbalife.

2. Mejora la captación de glucosa en la sangre

Durante la actividad física, los músculos absorben más azúcar del torrente sanguíneo, lo que ayuda a regular los niveles de glucosa y a prevenir enfermedades como la diabetes tipo 2. “Un estudio publicado en Diabetes Care muestra que combinar ejercicios aeróbicos con entrenamiento de fuerza mejora la sensibilidad a la insulina y ayuda a reducir la glucosa en personas con esta condición”, añade el profesional.

3. Estimula la producción de neurotransmisores

El ejercicio también estimula la liberación de sustancias que mejoran el estado de ánimo y reducen el estrés y la ansiedad, como las endorfinas, la dopamina y la serotonina. Estas sustancias contribuyen a un mayor bienestar mental y a un sueño más reparador.

4. Mejora la plasticidad neuronal y la cognición

La actividad física ha sido vinculada con mejoras significativas en la función cognitiva y en la estructura cerebral. Estudios como el publicado en Journal of Psychiatric Research indican que la práctica regular de ejercicio promueve la plasticidad neuronal, un proceso que permite la adaptación del cerebro a nuevas experiencias. Esto incluye un aumento del flujo sanguíneo cerebral, mayor liberación de neurotransmisores y niveles elevados de factores neurotróficos, que favorecen la neurogénesis y la creación de nuevas conexiones sinápticas. “En la práctica, hacer ejercicio ayuda a prevenir el deterioro cognitivo y enfermedades como la demencia”, destaca el doctor Carlos Ulloa.

5. Fortalece los huesos El ejercicio regular también es clave en la prevención y tratamiento de la osteoporosis. Según estudios, actividades de impacto leve a moderado, como caminar o entrenamientos de fuerza,