Al hablar de intervenciones quirúrgicas, jamás se pensaría que los niños son los protagonistas, pues se tiene en el inconsciente colectivo que todas las operaciones plásticas son para mejorar alguna parte del cuerpo, siguiendo cánones de belleza que están determinados por ciertos estereotipos. Sin embargo, en el caso de los menores de edad la situación es diferente. ¿De qué y por qué se operan? El Dr. Rodrigo Coloma, cirujano infantil de Clínica Ciudad del Mar explica las características de estas cirugías, cuándo son recomendadas y quiénes son aptas para ellas.
Orejas aladas (otoplastia), separación de dedos (sindactilia), lunares y cicatrices por quemaduras o traumas son las principales demandas de los menores de edad a la hora de realizarse alguna intervención quirúrgica. Y es que esto se debe a una serie de factores, tanto físicos, psicológicos y sociales, que tienen relación con su normal función y desarrollo.
La cirugía plástica es una especialidad quirúrgica que se encarga de la corrección de aspectos congénitos, adquiridos, tumorales o involutivos del cuerpo humano y que requieren de reparación o que afecte a la funcionalidad corporal. En este sentido, se distinguen dos variantes esenciales: la cirugía plástica del tipo reconstructiva y la cirugía plástica estética.
En el caso de los menores de edad, la mayoría de las intervenciones corresponden a reconstrucciones y se deben a traumatismos, tumores y malformaciones congénitas, por mencionar algunas. Sólo un 10% de los niños se someten a operaciones netamente estéticas.
“Las cirugías reparadoras están indicadas para recuperar la función y reconstruir defectos congénitos, tumorales o postraumáticos, mientras que la cirugía estética intenta mejorar o cambiar la imagen de las personas partiendo de su estado original”, explica el Dr. Rodrigo Coloma, cirujano infantil de Clínica Ciudad del Mar.
Cuando de niños se trata, la mayoría de las operaciones se realizan porque existen alteraciones funcionales, por lo que para dar solución a dicho problema se toma la decisión de intervenir. “En los niños el 90% de las operaciones son reconstructivas que tienen componentes estéticos”, asegura el cirujano pediátrico, quien además detalla que siempre hay que pensar en la calidad de vida del niño, evaluando no sólo el factor físico, sino que también el psicológico.
El boom de las operaciones
En la actualidad, las intervenciones quirúrgicas han tenido en alza considerable, siendo la época estival cuando más aumentan, pues se aprovecha que es un periodo en donde no hay muchas enfermedades respiratorias que afecten mayormente a los pequeños y les permite acostumbrarse a su “nueva imagen”. Además, en verano los papás se pueden tomar unos días libres para cuidar y acompañar a sus hijos en la recuperación.
La edad de las operaciones dependerá de la patología que presente al menor y también del grado de malestar que ocasione. Sin embargo y en términos generales, a partir de los 4 o 5 años se comienza a tantear la idea de la cirugía. “A partir de esa edad los niños empiezan a tener conciencia de su cuerpo y es justamente la etapa previa a entrar al colegio, por lo que es recomendable realizarlas intervenciones a partir de este periodo”, indica el cirujano infantil.
Asimismo, el Dr. Rodrigo Coloma sostiene que siempre es importante recordar que hay que analizar las opciones de operaciones en los menores con mucha atención, tanto por los padres como por el equipo médico, pues el cuerpo de los niños aún está en proceso de desarrollo y la intervención debe ayudar y no perjudicar la vida y salud del paciente.
Cuando la estética le gana a la salud
Si bien la mayor cantidad de menores que se someten a una cirugía plástica lo hace por un tema de bienestar físico, cuando se comienza la época de la adolescencia los intereses de operaciones van encaminados hacia lo meramente estético.
En este sentido, la cirugía de mamas (ginecomastia – lipomastia), de nariz (rinoplastias), liposucción, lunares y cicatrices inestéticas comienzan a ganar terreno entre los jóvenes. En el caso de las mujeres, el implante mamario y arreglos en la nariz son los que predominan, mientras que en los varones predominan las ginecomastias (presencia de glándula mamaria en el pecho de los hombres).
Los principales factores que influyen en este fenómeno son los psico – sociales, donde destaca por sobre todo la autoestima. Además, están los componentes físicos, como alteraciones funcionales secundarias a malformaciones o deformidades.
Actualmente hay un debate en torno a las cirugías plásticas como “regalos” para los hijos cuando llegan a los 15 años. Si bien esa situación es una realidad en diferentes países de la región, en Chile el tema recién está comenzando.
“En términos generales, las cirugías sólo por estética no son recomendadas para los menores de edad, aunque estén en la adolescencia, pues el cuerpo aún está en etapa de crecimiento y lo que hoy puede parecer una buena opción, el día de mañana puede ser todo lo contario”, señala el Dr. Rodrigo Coloma.
La importancia de los padres
Cualquier cirugía implica riesgos y por ello hay que ser muy responsables a la hora de optar por una. En el caso de las intervenciones en menores de edad, son los padres los encargados de analizar los beneficios y riesgos que ésta pueda traer, y en base a ello tomar una decisión.
“Es ideal que ambos padres estén de acuerdo y la oportunidad quirúrgica debe ser tomada en conjunto con el médico tratante, analizando los beneficios y potenciales riesgos”, señala el especialista.
En este sentido, la comunicación es fundamental para saber cómo se siente el menor con esa parte de su cuerpo que tiene alguna anomalía y recordar que las pequeñas cosas son las que hacen a cada uno diferente y especial. Así, lo recomendable es realizar una evaluación psicológica a los niños para ver si están en condiciones de vivir esta experiencia.
“Es importante reforzar la autoestima, darle herramientas a nuestros hijos para que aprendan a aceptarse, aprendan a tolerar las diferencias de ellos y sus pares, y a relacionarse siempre en un clima de respeto mutuo”, puntualiza el Dr. Rodrigo Coloma, cirujano infantil de Clínica Ciudad del Mar.
Foto vía: galenored.com