Con la llegada del invierno aparecen muchas enfermedades respiratorias. Entre las más frecuentes se encuentran el resfrío común, la gripe, la neumonía, la bronquiolitis en los más chicos y la influenza en los adultos mayores. Es muy importante conocer las principales medidas de autocuidado para la prevención y poder disfrutar de la etapa invernal con total normalidad.
Comienza el invierno, una estación del año adorada y odiada por muchos. Pero además de los sentimientos encontrados que pueda llegar a traer, durante esta época del año se incrementa la circulación de todo tipo de virus y bacterias que producen enfermedades respiratorias, como la gripe, la neumonía, la bronquiolitis en los más chicos y, no nos olvidemos, el SARS Cov-2, el virus responsable de la pandemia de COVID-19.
Este es el momento de desmitificar que el frío no es el responsable de adquirir estas infecciones. En este contexto, Clorox® comparten una serie de factores asociados a esta época del año que debemos tener en cuenta para evitar enfermarnos y poder disfrutar de una mejor calidad de vida:
Ventilación correcta de todos los ambientes:
La aparición de los primeros fríos hace que toda reunión social o familiar se empiece a realizar puertas adentro. Por este motivo, la aparición de brotes de influenza, cómo también de bronquiolitis y neumonías, suele verse en la escuela, aunque los ámbitos laborales o las reuniones tampoco están exentas de este problema. El principal factor es la concentración de personas en espacios reducidos, por tiempo prolongado, con poca ventilación y con condiciones de hacinamiento que generan escenarios ideales para la diseminación de las infecciones respiratorias.
La ventilación de ambientes cerrados, sobre todo en período invernal o de bajas temperaturas debe hacerse con regularidad para permitir el recambio de aire. En otras circunstancias y lugares se recomienda que se asegure el recambio de aire mediante la apertura de puertas y ventanas que garanticen una circulación cruzada del aire.
Mantener una buena higiene de manos:
Las manos constituyen la principal vía de transmisión de enfermedades, debido a que el contagio se produce por el contacto directo con superficies y objetos contaminados. El lavado de manos es fundamental en la prevención de la gripe y de otras infecciones respiratorias. Lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón o con un producto a base de alcohol en casa, en la escuela y en el ámbito laboral contribuye a disminuir las posibilidades de contagio.
Los niños pueden ser considerados los principales transmisores de la influenza en la población. Es necesario intensificar las rutinas de limpieza y desinfección para evitar la propagación de infecciones respiratorias y evitar extender el contagio hacia otros lugares como el hogar y las familias.
Mantener una adecuada higiene respiratoria
La higiene respiratoria refiere a las medidas de prevención para evitar la diseminación de secreciones al toser o estornudar. Esto cobra especial importancia cuando las personas presentan signos y síntomas de una infección respiratoria:
· Cubrirse la nariz y la boca con el pliegue interno del codo o usar un pañuelo descartable al toser o estornudar.
· Usar el cesto de basura más cercano para desechar los pañuelos utilizados.
· Higienizarse las manos después de toser o estornudar.
Mantener una buena rutina de limpieza y desinfección
Primero es necesario aclarar la principal diferencia entre limpieza y desinfección de los ambientes y superficies: Limpiar es remover la suciedad visible, mientras que desinfectar es cuando se eliminan los virus y bacterias presentes en el ambiente y superficies que no vemos a simple vista. Entonces, sólo se consigue una limpieza TOTAL cuando se limpia y desinfecta.
Para ello, es necesaria la utilización de un producto que contenga un activo desinfectante que elimine el 99,9% de los virus y bacterias. En este aspecto, el cloro líquido es un producto accesible que, usado correctamente, elimina el 99,9% de los gérmenes. Estas rutinas de higiene y desinfección deben realizarse diariamente y su frecuencia dependerá del tránsito y la acumulación de personas, además de la complementación con la ventilación de ambientes.
La temporada de bajas temperaturas puede poner a prueba el sistema inmunológico, pero tomando las medidas de higiene personal adecuadas y comprometiéndonos a intensificar las rutinas de limpieza y desinfección en los distintos ámbitos en los que desenvolvemos nuestras rutinas diarias se puede cortar el contagio y evitar trasladar enfermedades al hogar y las familias. Así estamos cuidándonos entre todos y multiplicando la Cadena de Protección, porque cada persona se convierte en un eslabón de la cadena y de esta forma la comunidad en su conjunto se fortalece y se hace más fuerte que nunca.