Encender la televisión después de las 22 horas y sólo ver programas de cocina, sin duda que despierta el apetito de cualquiera, sobre todo después de iniciar una dieta estricta. Para la nutricionista de Vidaintegra, Carolina Pizarro, la noche es la hora más crítica, ya que no estamos bajo la presión de la jornada laboral y es natural que la persona busque un poco de placer y se salga de la dieta.
Los atracones nocturnos al refrigerador son el enemigo más peligroso que se puede encontrar cuando realizamos una dieta. No solamente porque la cantidad de comida ingerida en el atracón puede mandar al tarro de la basura todo el esfuerzo realizado durante el día, sino porque son momentos en los que perdemos por completo el control sobre nosotros mismos. Estas sensaciones se suman a los sentimientos de vergüenza y culpabilidad sensaciones pueden aumentar nuestra ansiedad, hacer que dejemos de creer en nosotros y llevarnos a renunciar a nuestra dieta.
“Durante la noche aumenta la ansiedad, porque ya no estamos bajo la presión de la jornada laboral y es natural que la persona busque un poco de placer y coman lo que más les gusta y no lo que más les sirva. Además, eso se va a potenciar en la medida que dejemos la comida más completa del día para ese horario”, asegura la nutricionista de Vidaintegra, Carolina Pizarro.
La ansiedad en ciertas situaciones del día día constituye una emoción desagradable, sobre todo cuando realizamos una dieta estricta y actuamos neutralizándola recurriendo a algo que nos gusta. Muchas veces las cosas agradables no es otra cosa que comer, ya que estimula las papilas gustativas, otorgándonos un enorme placer. También sientes gratificación al consumir alimentos de buen sabor que, en la mayoría de las veces, son los más calóricos y los que más ayudan a que retrocedamos en el propósito de estar en forma.
“Las dietas muy restrictivas -en las que muchas de ellas son sacadas de revistas de moda sin ninguna orientación profesional-, pueden aumentar la ansiedad en vez de reducirla. Si tienes ataques de hambre mientras haces una dieta puede significar también que los alimentos aportados tienen un bajo valor de saciedad”, señaló la especialista.
Recomendaciones
En la reducción de ansiedad, lo importante son los horarios y lo que elegimos para comer. Estos desordenes en la alimentación se producen por una suma de factores, entre los que se cuentan tomar o no desayuno, hacer ayunos prolongados durante el día por más de cuatro horas o combinar ayunos prolongados con ejercicio y el estrés.
Y para tener éxito en la lucha contra los atracones nocturnos al refrigerador, la nutricionista de Vidaintegra, entrega los siguientes consejos:
-Comer cada 3 o 4 horas.
-Consumir alimentos saciadores como: cereales integrales, lácteos bajo en grasa, frutas cítricas, berrys, manzanas, verduras de hoja verde y carnes bajas en grasa.
-El té verde es un buen saciador.
-Beber agua purificada fraccionadamente durante el día.
-Hacer ejercicio, pero nunca en ayunas ni muy tarde.
La nutricionista también agrega que hay una serie de alimentos que aumentan la ansiedad. “Hay que evitar el consumo de café, té, las bebidas azucaradas, el azúcar y alimentos que la contengan, además de los almidones presentes en el pan”.