Este domingo 4 de octubre se celebra el Día Mundial de los Animales, el mismo día en que se conmemora la muerte de San Francisco de Asís, patrono de los animales. En esta fecha, una experta de la Universidad del Pacífico entrega recomendaciones para que la mascota del hogar reciba como a un hermano al nuevo bebé que llega a la familia.
El nacimiento de un nuevo integrante de la familia revoluciona cualquier hogar y afecta en mayor medida al más pequeño de la casa, que es, en muchas ocasiones, la mascota. Lo ideal es que la relación entre el animal y el bebé se establezca más bien como un amistad entre ‘hermanos’, pero esto no siempre es fácil.
La clave para que la guagua y la mascota se lleven de maravilla está en la presentación entre ellos. “Antes de que el bebé nazca, se puede iniciar la relación utilizando el olfato del perro, haciendo que huela una prenda del bebé hasta que se habitúe a sus aromas”, aconseja la dra. Sylvia Arrau, docente de la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad del Pacífico.
Cuando ya el bebé ha llegado a la casa, el proceso debe ser lento y cuidadoso. “Hay que presentarlos con naturalidad, más bien como un juego en común. Se deben descubrir mutuamente”, asegura la experta.
¿Cómo motivar la relación de amistad entre un animal y un bebé? La clave es que sea a través del juego. “Con los gatos se pueden utilizar luces láser, donde el felino intentará cazar la luz. También existen juguetes con propósito, como para actividad nocturna: platos que giran y emiten luces, alfombras que se encienden al pisarlas, etc. En tanto, el juego preferido de los perros es con pelotas o con discos, y también les gusta mucho el tirar de cuerdas especiales, que no les hace daño en sus dientes o encías. Los animales jóvenes se adaptan más fácilmente al nuevo escenario porque para ellos es natural jugar”, acota la médico veterinaria.
No hay que olvidar que los animales tienen garras y muchas veces en un ambiente de juego pueden no moderar su fuerza y dañar al pequeño. “Solo hay quemoderar la intensidad del juego con el bebé. Hay que tomar en cuenta que un niño tiene proporcionalmente una cabeza de mayor tamaño que la de un adulto, lo que hace que hasta una cierta edad el perro lo perciba como un individuo diferente de los seres humanos adultos, lo que en ciertas ocasiones puede ocasionar una reacción violenta cuando no ha habido una presentación adecuada entre ambos”, advierte la especialista.
Es frecuente que con la llegada del bebé, los nuevos padres dejen de lado a la mascota. Ese es el primer error que comenten. “Lo importante es nunca dejar de realizar las actividades que se compartían con el animal antes de que el bebé llegara a la casa. Se deben mantener los hábitos de paseo y juegos, cariño y atención. Además de sumar a estas actividades al nuevo integrante de la familia”, recomienda la doctora Arrau.
Animales celosos
Se puede dar el caso que, aun cuando se hayan seguido las instrucciones, la mascota no acepte al nuevo integrante de la familia que le “robó” su lugar. Aquílos gatos son los más celosos. “El gato se manifiesta en contra cuando otro individuo invade su territorio en forma brusca. Los gatos se ven especialmente molestos con los cambios de rutina. Son animales que marcan con sus glándulas faciales las llamadas feromonas, los objetos familiares, lugares e incluso los seres o sus ropas con los que se relacionan. Si esa marca desaparece, el gato se desorienta, se siente amenazado y se estresa, cambiando así de comportamiento”, explica Sylvia Arrau.
Lo importante es que si el felino se siente invadido y rechaza al bebé, hay soluciones. “Pueden usar el producto Feliway, similar sintético de las feromonas naturales del rostro de los gatos. Este spray se puede rociar en los ambientes que el gato conoce, lo que hace que se sienta más seguro y baja la ansiedad por el nuevo ser. Se debe hacer a diario, con anticipación, en los lugares donde estarán en común, durante 15 días”, indica la médico veterinaria.
¿Y cómo reaccionan los perros frente a un bebé? “Todo depende de una buena socialización con humanos y otros animales. Si fue la experiencia fue adecuada, entonces el animal entenderá que él es el último peldaño de la escala jerárquica dentro de la familia y nuestra labor es enseñarle que el niño está por sobre él”, asevera la docente de la Universidad del Pacífico.
Por otro lado, también hay que enseñarle al pequeño que los animales no son muñecos y que no debe molestarlos ni hostigarlos. “Hay que enseñarle al niño que cuando es brusco con el perro o gato, puede hacerle daño y éste puede reaccionar defendiéndose. Hay que enseñarle el respeto por el espacio y tiempo de la mascota, mientras duerme, come o simplemente si está cansado de jugar. Por supuesto debemos observar la respuesta del perro frente a la actividad de un niño que le ocasione molestias y enseñarle a no hacerle daño”, desglosa la experta.
Cuando el perro se transforma en el mejor amigo de la guagua, por ser su compañero de juegos, es frecuente que el animal quiera dormir en la cama del niño. Ahí hay que tener cuidado por el tema higiénico. “No es bueno que una mascota duerma con un bebé, ya que sería probable que éste lama al pequeño y, por más desparasitado y vacunado que esté, igual la flora del hocico del animal es bastante variado y puede ocasionar alteraciones dermatológicas en la piel del niño o causar infecciones, ya que los animales en general tienen hábitos de higiene que el ser humano no tiene”, precisa Sylvia Arrau, docente de la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad del Pacífico.
Foto vía: www.centroveterinarioalhama.com