Recientemente, un estudio internacional dio como resultado que Chile es uno de los países de Latinoamérica donde más han crecido los empleos por cuenta propia. Según los expertos, todos pueden llegar a ser emprendedores exitosos, pero para ello deben desarrollar algunas habilidades específicas. Conoce cuáles son.

Según el Informe Coyuntura laboral en América Latina y el Caribe (mayo 2017), elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en el último año Chile es tercer país de la Región donde más crecieron los empleos por cuenta propia. Una de las explicaciones sería la pérdida de puestos de trabajo de tipo dependiente, tal como se desprende de la Encuesta Nacional de Empleo Enero-Marzo del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).

Este escenario se presenta para muchos como una alternativa y oportunidad real de emprender. Sin embargo, para lanzarse a un proyecto de este tipo hay que conocer si se tiene condiciones para hacerlo y cómo crear una empresa rentable y novedosa.

Cualquier persona puede convertirse en un emprendedor, tras un trabajo en equipo y en redes, organizado y sistemático. Un atributo cada vez más presente en el perfil del emprendedor chileno es que es capaz de percibir una oportunidad de negocio, buscar todas las opciones y realizar el máximo número de tareas para llevarla a cabo. Este emprendedor, toda vez que logra establecer redes o sociedades estratégicas que le permitan sacar adelante solventemente la operación del negocio, tiende a forjar un fuerte pensamiento positivo y aunque cometa errores no se rinde fácilmente, sino que aprovecha esas equivocaciones para mejorar sus acciones”, indica el coordinador académico de Ingeniería Comercial de la Universidad del Pacífico, Juan Carlo Medina.

Emprender no es tarea fácil, ya que se requiere rigurosidad en la planificación y organización de los deberes del negocio para cumplir con los clientes sin problemas. Todas habilidades que se pueden desarrollar con convencimiento y persistencia para lograr el éxito con la empresa propia, aunque en el inicio las ganancias no sean las esperadas.

“Todos podemos llegar a emprender competitivamente. Es posible mejorar las habilidades emprendedoras, comprendiendo que es necesario desarrollar capacidades específicas, como planificar, liderar equipos, acceder a mercados e insumos, de orientar el trabajo a resultados que impacten la diferencia entre el punto de partida y el punto de llegada, aunque sea en pequeña escala. Tener un socio clave también es muy importante, ya que éste nos apoya justo donde somos más débiles, ya sea en recursos, conocimientos, carteras de clientes, etc.”, complementa Medina.

Para los que quieren emprender, los siguientes consejos:

Observación: Observa detenidamente tu entorno, siendo empático con los problemas y necesidades que tienen los consumidores, usuarios o clientes, según la naturaleza del negocio que quieres instalar. No cometas el error de poner tu mirada u opinión personal por sobre lo demás, ya que eso es justamente lo que diferencia y potencia la propuesta de valor a generar en los modelos de negocios.

Investigación: Una vez identificada la oportunidad de un potencial buen negocio, es importante iniciar el proceso de investigación de todo lo que rodea el emprendimiento que buscas llevar a cabo y, así, tener claridad del problema o necesidad a resolver y de todo lo que vas a hacer. Identifica a tus competidores, cuáles son sus precios, dónde están ubicados, qué productos o servicios comparten contigo, lo mismo en relación al segmento de clientes a atender, proveedores y socios claves, entre otros. Esto se hace para tenerlo en cuenta en el momento de perfilar y proteger la idea.

Proceso Creativo Inicial: Identifica todos los factores iniciales, tangibles e intangibles del negocio, que permitan llevar a la práctica los puntos anteriores, buscando romper moldes con originalidad y visión de futuro, como nombre del emprendimiento, lugar de instalación si es necesario, las personas y recursos clave que necesitas, la línea de productos o servicios a empaquetar y comercializar, el trato con los clientes e incluso la fecha de partida del negocio. Antes de continuar, verifica si el diseño del negocio satisface lo esencial, es decir, la necesidad observada en el inicio. Si no lo hace, haz las correcciones pertinentes.

Desarrollo de Propuesta de Negocios: Realiza un FODA, es decir, identifica fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas de la propuesta, con el fin de evitar futuros problemas y pérdidas económicas, y clarificar los aspectos a robustecer y explotar para la obtención de ingresos. Aquí debes analizar costos fijos y variables, inversión, proveedores, distribución, precio y actividades claves a realizar para entregar valor al segmento de clientes target, de preferencia realizando un flujo de caja y planificando el retorno de lo invertido. Utiliza la metodología de lienzo Canvas para estructurar de manera simple y rápida el modelo de negocio.

Formación de Equipo de Trabajo: Comprende que no puedes hacerlo todo tú solo y asumir todos los riesgos. Una persona que quiere instalar un restaurante y que pretende comprar las materias primas e insumos, y además cocinar, atender y cobrar, seguramente no le irá bien. Por eso, primero identifica cuál es tú rol dentro de la empresa. Siguiendo con el ejemplo, si eres el administrador, lo más probable es que necesites un chef, maestros de cocina, meseros, un cajero, proveedores con insumos de calidad, un socio en la cadena logística y de relación con clientes, y un inversionista con experiencia en administración de negocios gastronómicos como mínimo, sin considerar servicios contables para el correcto orden tributario exigido por la ley.

En el ecosistema del emprendimiento chileno existen actualmente varias alternativas de apoyo o socios clave que pueden aportar financiamiento, experiencia y conocimientos, como por ejemplo las redes de capitales ángeles, CORFO, Start-Up Chile, Sercotec, incubadoras de empresas, empresas de crowdfunding, etc.

Implementación del Modelo de Negocios y Comercialización: Da inicio a la venta del producto o servicio diseñado, considerando procesos contables y financieros, con el fin de ir midiendo los resultados obtenidos. Es importante saber cuándo comenzará tu negocio a ser rentable (Punto de Equilibrio) y en qué momento recuperarás la inversión total. En este paso, además considera la formación de la cartera de clientes, identificando a aquéllos que son más fieles en cantidad, calidad y frecuencia de compras, y también evalúa el desempeño de los proveedores.

Crecimiento: Una vez lograda la recuperación de la inversión, la obtención de una estructura definida y rentable, un incremento de las ventas sostenido en el tiempo, la identificación de la existencia de mercado u oportunidad de un nuevo negocio, entonces estarás en el momento de crecer. Puede ser la integración de nuevos productos o servicios, la apertura de una sucursal o nuevos puntos de venta, así como también ingresar a mercados extranjeros que te permitan expandir tu negocio a nuevos clientes o nuevos mercados. Para emprender exitosamente es vital incluir y desarrollar tu red de socios claves en tu modelo de negocio.