- De la mano de una emprendedora chilena, Carmen Nalda, se gesta la idea de confeccionar calzones menstruales con el propósito de brindar a la mujeres una solución funcional, saludable, cómoda, eco-amigable y bonita para el cuidado menstrual.
Se estima que en un promedio de 40 años, una mujer utiliza 12 mil toallitas o tampones, lo que equivale a 88 kilos de desecho. El problema se acentúa si se toma en cuenta que las toallas higiénicas tardan entre 500 y 800 años en degradarse y que, una vez que han cumplido su labor, terminan en vertederos, cursos de agua o sencillamente en los océanos. En el caso de los tampones, éstos demoran cerca de 6 meses en degradarse, sin contar su envoltorio. A esto se suma que tanto las toallitas como los tampones para muchas resultan muy incómodos, generan alergias y otras molestías.
Con el objetivo de hacer frente a estas situaciones, nace UNNA, de la mano de la emprendedora Carmen Nalda, ingeniero comercial que busca “cambiar las reglas” y entregar una solución acorde a los que las mujeres de hoy necesitan, y de paso, hacer frente a los tabúes que hay respecto a la menstruación.
“Me sentía muy incómoda viendo mi basurero lleno de toallitas higiénicas la semana que me llegaba la regla; desechos plásticos, poco biodegradables y con químicos, en tiempos que el planeta grita que lo cuidemos… Además las toallas y los tampones son molestos como método de cuidado menstrual. Estos dos puntos me motivaron a buscar una solución cómoda y que fuera hasta sexy… Y tras conocer una marca gringa de calzones menstruales, dije “esta es la solución””, cuenta Carmen Nalda, Creadora de UNNA.
Fue así como en 2017 comenzaron con el desarrollo del producto y estudio de las necesidades de las mujeres, sorteando un largo camino donde se encontraron con muchos dolores e incomodidades que estaban escondidos en la vida de las mujeres: Caros, incómodos, poco saludables para la piel, solo son algunas de las piedras que sortean ellas durante la menstruación.
TECNOLOGÍA Y MODELOS UNNA
Después de un año de investigación de materiales, llegaron a la tecnología que distingue a UNNA: Modelo de 4 CAPAS. La primera, que está en contacto con la piel, es de microfibra y algodón de rápido secado, y para evitar humedad y prevenir infecciones, además integra filamentos de plata cuyas propiedades antibacteriales son un refuerzo más a la salud genital. La segunda es la de retención, y se preocupa de almacenar todo el flujo. La tercera es antiderrames, por lo que previene todo tipo de “accidentes” y finalmente la de revestimiento del calzón, que permite mantener un diseño bonito y que no parezcan pañales.
Para su confección, tuvieron reuniones con talleres textiles en varias partes del mundo. Partieron localmente en Chile, luego Perú, India y finalmente China pues la tecnología que buscaban y el diseño que querían se cumplió. “De todas maneras seguimos en un constante proceso de mejora, probando materiales y buscando talleres, tanto nacional como internacionalmente. Actualmente nuestros modelos incorporan el algodón peruano en una de sus capas dada su alta calidad, junto con ser noble en el cuidado de la piel, lo cual es perfecto para nosotras, ya que la zona de contacto del calzón merece lo mejor”, explica Carmen,
Hoy cuentan con 5 categorías: Bikini, Calzón Alto, Boyshort, Colaless y Pantaleta, para flujo alto, medio y bajo. “La recepción ha sido maravillosa, tan buena que tenemos una garantía al 100% sin preguntas. Es decir, si no los amas, te devolvemos la totalidad de la compra, sin cuestionamientos. Hemos devuelto sólo 1 pedido en estos 6 meses que llevamos trabajando”, cuenta Carmen.
Su meta es vender 500 calzones menstruales al mes, con eso se ahorra alrededor de 2500 kilos de basura al planeta y posicionarse en el mercado nacional.