En las crisis se intensifican las reacciones, pero es importante detenernos y darnos el tiempo de abordarlas.
La pandemia generó una readecuación de la vida familiar, personal y comunal. La educación virtual y el rol como adulto en el acompañamiento de los desafíos y actividades, tomó un papel protagónico.
Claudia Soto, psicóloga de Fundación CAP menciona que en una crisis la situación emocional es tan compleja, porque aumenta la incertidumbre, el miedo, los cambios de humor, se alteran hábitos del sueño y estamos más ansiosos. Por lo tanto, hay una desregulación emocional, “no todo es malo, hay que mirar también, los aspectos positivos como la creatividad, solidaridad, empatía y unidad, que nos lleva al desarrollo socioemocional. Esto se logra en la relación con otras personas, se enseña, se aprende y consiste en una manera de mirar la vida con optimismo y valorar lo positivo”, agrega la especialista.
¿Qué son las emociones? “Son respuestas frente a situaciones que experimentamos con los demás y/o con nuestro entorno. Nos permite percibir la realidad, conocernos a nosotros mismos. En este contexto, es importante recalcar que no hay emociones malas ni buenas, correctas o incorrectas, positivas o negativas son parte del desarrollo y la invitación es acoger lo que vamos experimentando y que funciona así”, agrega la psicóloga.
¿Cómo las regulamos? existen distintos modelos que nos puede ayudar a regularlas, uno de ellos es el de Paul Gilbert basado en las evidencias de la neurociencia, muestra cómo el cerebro funciona en base a tres sistemas, que están interconectados e interrelacionados, siempre en la búsqueda del bienestar. Sistema de amenaza, logro y de la calma, es este último el que libera la endorfina. Por eso, la especialista agrega que “capacidad para manejar las emociones de forma apropiada, implica reconocer la relación entre emoción, pensamiento y cuerpo, nos ayuda a identificar, validar y expresar lo que sentimos. Además, permite enfrentar situaciones difíciles usando habilidades o haciendo actividades para disminuir las emociones”.
¨El control de las emociones es importante ya que están presentes en la vida diaria de todos y se pueden regular, se aprenden y enseñan. Esto, nos ayuda a resolver situaciones complejas, nos trae un bienestar propio y del entorno. Los comportamientos que llevan las emociones a veces son inadecuados, lo importante es permitirnos detenernos, mirar, reconocer y luego manejarlas¨, aclara Claudia Soto.
Soto agrega que “es nuestra responsabilidad como adultos, brindar a los niños y niñas, vínculos afectivos y ambientes seguros para que aprendan a activar su sistema de calma y regular sus emociones. Así podrán enfrentar, de mejor forma, distintas situaciones a lo largo de la vida. El apego es muy importante para que sean niños seguros y autónomos para los momentos que van a pasar. La invitación es darles modelos de conductas y regulación de emociones para que se puedan poner adelante. Y requiere tiempo, paciencia y energía”.
¿Cómo enfrentar situaciones críticas con los niños?
- Parar: observar la conducta.
- Profundizar en el iceberg, mirar la conducta y preguntarse ¿Qué habrá detrás de esta conducta?
- Ayudar a la regulación: acercarse físicamente, decirles lo que creo que pasó, uniendo la conducta a la emoción dando espacio para la descarga emocional y distraemos su atención.
- Educar emocionalmente: cuando ya estamos calmados (adultos y niños), conversando sobre lo sucedido, la conducta y emoción. Se muestran alternativas y orientan.
Hay pasos y herramientas que nos ayudan a regular las emociones:
- La botella o frasco de la calma: el objetivo es mostrarle a los niños qué pasa cuando tienen una emoción y cómo el agua con la escarcha se mueve al igual que la rabia, el miedo y de a poco empieza a bajar.
- Semáforo Rojo– parar, Amarillo- pensar y Verde- actuar.
- Caja de la rabia o emociones desagradables: reconocer la emoción, dibujarla y guardarla en la caja de emociones, generando un espacio de conversación en torno a lo sucedido.
- Rincón de la calma: espacio seguro creado entre los niños y niñas y los adultos. Incorpora elementos que generen tranquilidad, no es un lugar de castigo.
Estas herramientas pretenden darnos recursos para enseñarles a los hijos e hijas momentos de calma y regularse emocionalmente para enfrentar la vida, así como también esta crisis y muchas otras futuras.