- El caso de la periodista Javiera Suárez ha sorprendido a la opinión pública: padece de cáncer de mamas y al mismo tiempo está embarazada. Un psico-oncológo explica cómo afrontar este complejo escenario.
Hace unos días, la animadora de TV Javiera Suárez reveló que fue diagnosticada con cáncer de mamas en etapa temprana y que además está embarazada. “Estoy en un momento muy difícil, con una enfermedad muy grave y concentrada exclusivamente en sanarme junto a mi marido y cuidar a mi guagua que viene en camino”, dijo la periodista a través de su cuenta de Instagram.
¿Cómo enfrentar esta difícil situación? “El afrontar el diagnóstico de cáncer requiere un apoyo interdisciplinar, que no solo abarque el tema médico, sino también los otros aspectos psicosociales que afectan a la persona y a sus cercanos. La contención emocional, la psicoeducación y el autocuidado son aspectos fundamentales que el psicólogo debe poder otorgar a la mujer embarazada, ya que su situación puede conllevar a un estrés importante debido a los riesgos y cuidados adicionales que debe asumir, junto con la toma de decisiones correspondientes a la enfermedad y su embarazo”, explica Damián Enríquez, psicólogo de la Universidad del Pacífico.
Hay quienes sugieren que estar esperando un hijo puede darle más ánimo y fuerzas a la mujer para luchar contra un cáncer, pero el psico-oncólogo explica que depende de cómo se enfrente la situación. “Todo depende de la persona, su historia de vida, creencias, redes de apoyo presentes, los significados y sentido que le dé a la situación vivida. Cada persona afronta su enfermedad de manera muy personal. Si bien hay aspectos que se pueden asemejar entre diferentes pacientes, la vivencia es muy íntima, por lo que no se pueden sacar conclusiones acerca de si tal o cual experiencia es positiva o negativa, ya que cada persona en el transcurso del tiempo le va entregando un valor a la experiencia, la cual puede ir variando de acuerdo al sentido que le va dando a ésta”, asegura Enríquez.
El apoyo psicológico y el tratamiento médico son fundamentales para sobrellevar el difícil escenario. Son múltiples los factores a considerar para tomar una serie de importantes decisiones. “No hay una fórmula general de cómo abordar el cáncer y un embarazo, ya que hay múltiples factores que influyen en el pronóstico y el afrontamiento de la enfermedad. El cáncer en sí no es una única enfermedad, sino un grupo de enfermedades, por lo cual es importante saber a qué tipo de cáncer se enfrenta la mujer embarazada, en qué fase se encuentra (inicial o avanzada), los tratamientos requeridos (cirugía, radioterapia, quimioterapia), la edad de la paciente y las semanas de gestación, entre otros factores”, explica el experto.
Entre el cáncer y la llegada de un nuevo ser
La combinación de cáncer de mamas y embarazo no se da con frecuencia. De hecho, según las estadísticas, apenas entre el 0,1 y el 3,8% de todos los tumores mamarios se presentan durante el embarazo o en el primer año posterior al parto.
“Es infrecuente, pero cada vez se presenta una mayor cantidad de casos. Una de las principales razones es debido a la decisión de muchas mujeres de postergar la maternidad hasta llegar a edades más avanzadas, ya sea por aspectos como la búsqueda de la realización laboral o personal, o la estabilidad económica, entre otros. Es decir, cada vez es más frecuente ser madre después de los 30 años y a mayor edad aumenta el riesgo de padecer un cáncer de mamas. Es importante que toda mujer a partir de los 40 años comience a realizarse su primera mamografía, independiente de si desea o no tener un hijo a esa edad”, indica Damián Enríquez, psicólogo de la Universidad del Pacífico.
La presencia de un cáncer y esperar al mismo tiempo un hijo supone a primera vista una disyuntiva, ya que la mujer deberá enfrentar las dos situaciones tan disímiles en el mismo periodo de tiempo. “El diagnóstico de cáncer genera un impacto emocional tanto para la mujer como para el entorno familiar, no solo por las implicancias de la enfermedad, sino también por la creencia arraigada acerca del cáncer como sinónimo de muerte, a pesar de que la sobrevida ante la detección temprana de la enfermedad ha aumentado considerablemente gracias a los avances de la medicina. Por ello, en la situación de cáncer y embarazo no solo entra en juego el temor de la mujer por su propia vida, sino también por la del ser en gestación”, señala Enríquez.
Así, dependiendo de las condiciones médicas y psicológicas, la paciente debe tomar importantes decisiones, teniendo en cuenta su bienestar y el del que está por nacer. “Toda persona que afronta un cáncer y embarazo debería enfocarse principalmente en su salud y calidad de vida. Respecto a la salud del ser en gestación, va a depender de las creencias de la mujer y de si desea continuar o interrumpir el embarazo, teniendo en cuenta si las leyes vigentes del país en que se encuentra lo permitan. Desde mis creencias personales, creo que se deberían hacer los esfuerzos correspondientes para lograr el desarrollo completo e íntegro del nuevo ser, pero si una mujer opta por privilegiar su propia vida debido a la complejidad y urgencia de los tratamientos a realizarse, o en su defecto opta por no afrontar esta enfermedad y un embarazo en conjunto, la labor de uno como profesional es acompañar emocionalmente a la mujer en su decisión y no anteponer las propias creencias y juicios valóricos”, concluye Damián Enríquez, psico-oncólogo de la Universidad del Pacífico.