Por Christian Bordón, psicólogo, docente de la Universidad Finis Terrae y Director de Peer Coach.
Me gusta pensar que las organizaciones están enfocando sus recursos en potenciar el punto de encuentro entre el trabajo y la felicidad. Pero no nos confundamos, no es responsabilidad de la organización que sus colaboradores sean personas felices 24/7. La organización puede trabajar el concepto de la felicidad dentro del ambiente laboral, pero el verdadero responsable es uno mismo y te lo voy a explicar de la siguiente manera.
El concepto de felicidad puede tener distintos significados para cada persona, por lo que es importante partir consensuando una definición para poder trabajarla. Entendamos la felicidad cómo una emoción que se produce, de forma consciente, cuando llegas a un momento de plenitud, donde disfrutar algo o has conseguido objetivos que te hacen sentir realizado.
Esta definición nos permite construir momentos de felicidad dentro del trabajo y aquí te voy a dar seis ideas de cómo hacerlo:
Primero: Planifica, agenda y reserva en tu jornada laboral un momento de plenitud, goce o disfrute. Esto se puede lograr identificando una tarea que te agrade sobre las demás o compartiendo con un colega una conversación gratificante. Agéndalo y reserva ese espacio de forma consciente y resignifícalo como un momento de satisfacción.
Segundo: Si estamos siempre haciendo lo mismos nuestros días se transforman en monótonos y planos. Aun, cuando tus tareas sean repetitivas puedes encontrar la manera de desafiarte a hacer algo distinto – como por ejemplo – una tarea puntual. No es necesario exigirte o romper un procedimiento, sólo debe ser real, pero significativo para ti y al realizarlo te genere sensación de logro. Desafíate una vez por semana.
Tercero: Frente a un mismo hecho, las personas reaccionan de forma distinta y la felicidad es un estado de ánimo positivo. Va más allá de ver el lado positivo de las cosas, es identificar la utilidad de los hechos. ¿A que me invita? ¿Qué puedo hacer? Si te enfocas en el “hacer” vas a encontrar algo que lograr.
Cuarto: Nuestra mente procesa diariamente 60.000 pensamientos. ¿Te imaginas cómo te sentirías si los acumulas? más del alguno lo puedes compartir. Participar y ser escuchado dependerá también de tu intención de participar y sentirte parte de algo. Hoy, tus ideas son bien recibidas si sabes cómo y dónde transmitirlas. El ser escuchado genera la sensación de logro.
Quinto: Uno de los momentos más gratificantes en el trabajo es la sensación que nos produce el reconocer y/o a agradecer a alguien por su actitud, disposición o buen trabajo. Hazlo de forma consciente y disfruta la sensación de hacerlo. Eso es goce.
Sexto: Cuando reconozcas estas sensaciones imagina que puedes poner “Pause” y en forma consciente llámalo felicidad. Ocúpate al finalizar el día de recordar cuantos momentos felices construiste en el día. Ese es tu mejor indicador. Si el 84% de nuestros pensamientos diarios son negativos, elegir construir momentos de felicidad significa estar dispuestos a recorrer un camino poco trabajado, donde la disciplina y constancia te permitirá construir hábitos laborales que te faciliten la construcción de momentos felices en el trabajo. Y recuerda, la cantidad de momentos es a gusto del consumidor.