• Cada año los niños esperan con ansias el 31 de octubre, día en que se celebra Halloween en varias partes del mundo. Pero más allá de los divertidos disfraces que usarán, la recolección de dulces es el momento preferido de los más pequeños, pero… ¿qué consecuencias tiene el consumo ilimitado de dulces? El llamado es a que los padres pongan atención y sean ellos quienes administren la entrega de golosinas a sus hijos.

Este viernes las brujas, calabazas, vampiros y fantasmas seguramente tocarán nuestra puerta con el ya conocido dicho: “¿Dulce o travesura?”. La celebración de Halloween se ha extendido fuertemente en nuestro país los últimos años, y también ha aumentado el consumo de caramelos en esta fecha. Si bien es poco probable evitar que los más pequeños coman golosinas, es importante que los padres tengan consciencia del daño que produce su consumo en exceso.

“Todas las golosinas son dañinas ya que son concentrados de azúcar, colorantes y en algunas ocasiones grasas, por lo tanto tienen muchas calorías. Cada gramo aporta 4 calorías”, señala Samuel Durán, Presidente del Colegio de Nutricionistas de Chile.

Por ello se recomienda que los padres administren el consumo de los dulces que reciben los niños, ya que es imposible que un menor pueda racionalmente guardar medio kilo de golosinas en su dormitorio y que cada día consuma un caramelo. Lo más probable es que se los coma todos en una tarde.

Samuel Durán explica que dentro de los riesgos que conlleva el exceso en el consumo de este tipo de “alimentos” altos en azúcar están el riesgo de obesidad, dislipidemias (alteración del metabolismo de los lípidos), diabetes, síndrome metabólico, caries dentales y disminución de las defensas, entre otras enfermedades. Además, algunas consecuencias directas de comerlos en gran cantidad y de una vez son dolor de estómago, vómitos y diarrea.

Algunas opciones para celebrar de manera más saludables es preparar galletas de avena o cortar frutas con figuras relacionadas a Halloween, e intercambiarlas en reemplazo de los dulces. “Recordemos que el consumo de golosinas no está entre las recomendaciones para la población. Idealmente no se deberían comer y si se hace, debe ser en poca cantidad, dejándolos solo para ocasiones especiales y no como parte de la alimentación diaria”, explica Durán.

Cuidado con la celebración de los adultos

Al igual que en muchas otras fechas especiales, no solo los niños celebran. Sus padres también y la mayoría de las veces lo hacen con un invitado especial: el alcohol.

“Como siempre, la recomendación es beber con moderación para disfrutar de mejor forma estas festividades. Hay que recordar que 1 gramo de alcohol aporta 7 calorías y por ejemplo, medio vaso de vodka o ron o pisco aporta casi 300 calorías”, asegura Durán.

Los espumantes, vinos y cerveza son alternativas menos calóricas porque tienen menor grado alcohólico: un vaso de cerveza aporta aproximadamente  70 calorías, lo que equivale a un cuarto de medio vaso de ron. Sin embargo, no hay que confiarse, ya que el consumo de alcohol en tiempo prolongado provocaría daños al  hígado y  favorecería el alza de los triglicéridos, entre otras complicaciones.