Una instalación, no una pasarela, en el corazón de la cultura milanesa, no es una locación para un sector particular sino para el debut de la colección de hombres primavera-verano 2016, Trussardi ha elegido las salas de la Biblioteca Braidense dentro del Brera Pinacoteca. Es una declaración que construye un link entre el arte y la moda y entre el pasado y el presente en un momento de desorientación colectiva y comunicaciones supersónicas.
La inspiración es una imagen precisa. “Me inspiré en un hombre de familia –un padre, un ejecutivo- perfectamente vestido en una tarde de un fin de semana de verano mientras se relaja en su estudio rodeado por proyectos de cultura y trabajo. Después, se toma un descanso para despejar su mente y disfrutar de algunas de las actividades al aire libre”, dice Gaia Trussardi, Directora Creativa del Grupo Trussardi. “Usa una chaqueta perfectamente desestructurada sobre pantalones de jogging. Todas las prendas son de alta calidad, materiales cuidadosamente estudiados. Él personifica las ideas que me encantan: la elegancia natural y la calma inteligencia que son parte de un estilo de vida dinámico. Él lleva con indiferencia todo lo que representa, lo mejor del pasado y las cosas bellas y profundas que esperamos descubrir y apreciar en el futuro”.
Por lo tanto, la elegancia natural es la clave. Es como si la mejor mano de obra artesanal italiana y confección “sartorial” se hubiesen fundido con el casual estilo americano. Todo está perfectamente construido, pero nada es rígido o estructurado. Por el contrario, los hombros son caídos, los pantalones de jogging, y líneas suaves dan a la tradición y el estilo un toque sutil.
Los materiales son sorprendentes y de alta tecnología. Distintas materialidades reinventan los clásicos. Los suaves guantes de cuero se sienten como una caricia mientras son usados. Nuevas técnicas son utilizadas en la creación de productos que permiten crear nuevos acabados y texturas.
El “Knitwear” es revelador, elegante y bien definido: evoca una sensación de pureza y amor que no necesita efectos especiales o divergencias.
Los colores son como una cámara de música, una reducción encantadora de una sinfonía con sutiles tonos: blanco y negro, azul, grises y blancos opacos. En una explosiva entropía de color, algo aparentemente delicado se descubre, con una segunda mirada se vuelve una estética fuerte, decisivo y proactiva. Vistiendo la mente y el cuerpo, se logra el equilibrio entre el pasado y el futuro sin una pizca de nostalgia.
La instalación concebida y desarrollada por Gaia Trussardi viene de su deseo de innovar la manera en que la moda se presenta al combinarla con diferentes formas de arte y diversos contenidos.
Veintitrés personas – actores, modelos y artistas – participaron en este evento realizado en las salas de la Biblioteca Nacional Braidense.
Dos hombres idénticos al interior de dos estructuras de vidrio en el primer cuarto representan dos misteriosas y oscuras almas que esconden un secreto y que señalizan el camino a través de un sonoro pasillo (Diseñado por To Tommaso Leddi).
La relación entre el hombre y la naturaleza es explorada en el segundo cuarto. Un actor presenta visualmente el tema de la colección mientras lee fragmentos de literatura clásica. Un artista completamente vestido de negro quien representa el lado misterioso oscuro, su conciencia, se pasea por la habitación. El sonido apenas perceptible de un tubo de caña evoca la antigüedad y los clásicos.
En el tercer cuarto, el espectador encuentra un cuadro vivo compuesta por un elenco internacional de actores y jóvenes bailarines de las mejores academias de teatro y danza.
Los actores, interpretando el hombre moderno, leen en voz baja unos extractos de autores significativos sobre los temas del bien y el mal, la justicia y la sabiduría. Los artistas, vestidos de negro, representan la ignorancia que debe ser vencida por el conocimiento para poder procesar la verdad cotidiana que guía la conciencia. Este es un tema que la mayoría eruditos y filósofos importantes en la historia – desde Platón hasta Nietzsche – discuten a menudo.
Gaia y Chiara Battistini, una talentosa y joven directora de escena milanesa, fueron los responsables de la dirección técnica de esta verdadera instalación de arte.