- Las residencias alternativas donde lo que prima es la colaboración y los espacios comunes, están siendo tendencia. Y no sólo cómo una forma de vivir en compañía, sino que sosteniblemente, al promover la racionalización de recursos. El cohousing es una apuesta que para los adultos mayores puede ser una gran solución.
El cohousing o covivienda tiene sus orígenes en Holanda y Dinamarca en la década de los ´70, cuando nacen para satisfacer necesidades del quehacer doméstico de familias jóvenes. Luego se extendió a otros países europeos en los ´80, hacia una población senior, con la idea de vivir la vejez de la mejor manera y con gente con intereses afines.
“Este tipo de entorno promueve, sin lugar a dudas, una forma de vida que recupera valores solidarios y de colaboración mutua entre personas que viven en proximidad etárea”, plantea Gino Báez Silva, Trabajador Social de la Universidad del Pacífico, quien es el encargado del Condominio de Viviendas Tuteladas San Antonio 1.
El profesional agrega que son muchos los factores que motivan a los adultos mayores para vivir la experiencia del cohousing. “A menudo nace en oposición a un futuro no deseado, que se expresa en ideas como ´no quiero ser una carga para mis hijos´, ´no voy a poder pagar los cuidados si los necesito´, ´no quiero que nadie decida por mí dónde o cómo voy a vivir´”, comenta.
Con este objetivo, la elección se enfoca en viviendas que se asemejan a un pequeño barrio de vecinos bien avenidos, con ganas de vivir en comunidad, en colaboración y falta de jerarquía, muy diferente a los conocidos de departamentos con servicios para público senior.
El especialista indica que este sistema de convivencia no sólo es una forma revolucionaria en el trabajo con adultos mayores, sino que más bien es una forma de valorar las potencialidades de cada uno de ellos. “De esta manera, se está forjando el trabajo en equipo y la creación de una mirada colectiva que vaya en beneficio tanto de ellos como de la comunidad donde se insertan”, afirma.
¿Cómo formar una covivienda? “La respuesta está en la historia de vida de cada adulto mayor formador de esta comunidad y de cómo esta historia se convierte en una potencialidad que fomenta la asociatividad comunitaria y el crecimiento emprendedor de cada adulto mayor, valorizando las capacidades individuales y apostando por las capacidades de liderazgo de los residentes de este tipo de experiencia comunitaria de convivencia”, responde Báez.
El cohousing en Chile
Aunque el término ‘cohousing’ puede parecer una experiencia muy distante de nuestra realidad, lo cierto es que el concepto ya es bastante conocido en nuestro país. “Los informes señalan que en Chile un 40% de los adultos mayores se plantearía ir a vivir a uno de estos lugares”, asegura Gino Báez.
Dentro de este espíritu, el profesional menciona la existencia del programa Condominios de Viviendas Tuteladas que desarrolla el Servicio Nacional de Adultos Mayores (SENAMA). “Su propósito es apoyar la habitabilidad de adultos mayores vulnerables, sin redes familiares y carentes de viviendas. Mediante esta iniciativa se les asigna una vivienda en un recinto cerrado, en calidad de comodato, por el tiempo que sea requerido”, explica.
Esta iniciativa de política pública cumple varios objetivos. “Va en ayuda de los adultos mayores que no sólo tienen la necesidad de tener una vivienda digna, sino que también necesitan tener un profesional que los acompañe durante el proceso del envejecimiento”, plantea Báez.
Al respecto, el profesional da cuenta de su propia experiencia. “En San Antonio, Región de Valparaíso, existe el programa Condominio de Viviendas Tuteladas (CVT), que se refiere a un conjunto habitacional de 20 casas, en las cuales hoy residen y conviven una cantidad total de 21 adultos mayores auto-valentes”, comenta.
Para el experto de la U. del Pacífico, esta modalidad tiene un sistema bastante similar al “cohousing” o viviendas colaborativas, cuyo trabajo es significativo tanto a nivel individual como comunitario. “Si nos ponemos desde la premisa que el perfil de habitantes de estos residentes del CVT son adultos mayores con bajo nivel de vinculación comunitaria y con escasez de redes familiares, se podría tener una visión no tan optimista de los logros del trabajo comunitario. Por tal razón, este programa fomenta desde el principio de la inserción de los adultos mayores al CVT, el trabajo, la vinculación y la valorización de la asociatividad entre los propios vecinos de estos condominios, con la finalidad de poder cambiar la perspectiva desde una mirada individual a una mirada más integradora hacia los adultos mayores a nivel socio-comunitario”, explica.
Por tal razón, es importante un plan de intervención adecuado y realista a las capacidades de la comunidad. “Es necesario para el objetivo de lograr una asociatividad plena y activa, valorizando el sentimiento de pertenencia de los adultos mayores con su comunidad y creando un sello propio como colectividad, que se basa principalmente en la colaboración mutua, el trabajo comunitario y la formación de organizaciones sólidas, que beneficien los espacios comunes dentro y fuera de los CVT, una aproximación efectiva al cohousing”, finaliza Gino Báez Silva.
Foto vía: www.universal.org.ar