Salimos de Santiago en busca de nuevos talentos creativos. Así nos encontramos con esta diseñadora de vestuario de profesión que hoy realiza costura creativa, un oficio que le ha permitido desarrollar toda su fuerza artística y de paso, potenciar el trabajo femenino y ayudar al desarrollo integral de los niños con que trabaja. Conócela!
Por Rebeca Ubilla M.
A simple vista el mundo de Claudy Tapia Retamal es como el de una niña… lleno de colores, corazones y árboles, todos los cuales plasma de manera muy armónica en sus trabajos de costura creativa. Sin embargo, tras ese oficio hay un gran contenido, dentro del cual nada es al azar, todo tiene una simbología y con el cual ha buscado, por ejemplo, potenciar el trabajo femenino.
Es que Claudy Circolor (como la encuentras en Instagram), tiene una sensibilidad especial que trasciende a sus trabajos. De hecho, hoy también hace clases de arte en un colegio que procura el desarrollo integral de los niños y donde con sus clases busca aportar a su amor propio y autoestima.
¿Desde cuándo que te gusta dedicarte a la costura creativa?
-Desde chica me gustaba lo hecho a mano, en lo cual también fue importante que tuve un gran profesora de arte. Al salir del colegio me puse a estudiar biología marina y armé mi taller, la cual fue la primera casa taller en La Herradura. Era un lugar abierto a público, con talleres y objetos a la venta.
-¿Cómo derivaste específicamente a la costura creativa?
-Era muy grande mi necesidad de crear. Al estudiar diseño de vestuario me acerqué a mis amigas que estudiaban arte y aprendí mucho de ellas. Ahí tuve una mirada más ligada a lo artístico que al vestuario propiamente tal.
-¿Qué caracteriza a la costura creativa?
-La define la palabra experimentación. No es regular, todo es imperfecto y eso hace lo bello. Se trata de jugar con las costuras y modificar las telas.
-Tus trabajos están muy marcados por los corazones, árboles y flores…
-Lo primero que me definió fue el concepto de árbol, los que son sabiduría y vida. Este gusto lo heredé de mi tata, que era fanático de los árboles, de ellos teníamos toda la fruta, por lo que lo mío es un homenaje a esto. A ello agrego flores. Todo tiene una simbología para mi.
-¿Y los corazones?
-Surgió hace un tiempo para atraer el amor a mi vida, en todo sentido. La rutina me había quitado las ganas de crear. Hoy me gusta estar en mi taller, creando, jugando, sentirme niña. Este espacio es como la casa de muñecas que siempre quise tener.
-¿Qué buscas aportar a los niños con qué trabajas?
-Espero que logren experimentar con confianza, sin miedo, que se diviertan, que crean en sus sueños y que se asuman como sujetos y sujetas creativas. Asumirse como creador o creadora puede ayudar a enfrentar las más duras adversidades con una sonrisa, con fe y con la certeza de saber que todo es parte del proceso de la vida. Porque una cosa es saberlo, pero otra muy diferente es tener la convicción.
-¿Crees que en general nos falta ser un poco niños?
-Cada persona siente y vive lo que le corresponde. A mi el reencontrarme con mi niñez me ha aportado a mi autoestima, confianza, me ha permitido reír, sorprenderme de cosas simples y disfrutar de la soledad.
Fuerza femenina
-Con tu oficio también has buscado potenciar el trabajo femenino…
-Estuve 17 años en Coquimbo y tuve dos casas talleres, con patios abiertos con los que buscábamos potenciar el trabajo femenino de la zona. Cuatro veces al año realizábamos eventos de tres días con música en vivo y comida orgánica vegetariana. Fue un lugar de encuentro, donde entre las creativas que participaban desarrollamos mucha sororidad. Entregándonos harto apoyo. Además de intercambio de conocimientos, datos y ayuda en el manejo de nuestros emprendimientos, la pasábamos tan tan bien, al final este evento daba para muchas cosas: ofrecer una alternativa al sector, potenciar el balneario de La Herradura y vender nuestras creaciones!
-¿Por qué dejaste eso y te viniste a Viña del Mar?
-Quería estar cerca de la familia. Ella me da el cable a tierra, el foco. Yo organizaba mucho y producía poco.
-¿En qué estás hoy?
-Solo creando, pintando, cociendo y planeando la primera exposición de mis cuadros. Empecé a pintar para mi y ahora hay un público al que le gusta mi trabajo.