Por Francisco Layera
Chef Ejecutivo de Sodexo Onsite
Para la mayoría de los chilenos las bajas temperaturas de esta estación son sinónimo de chocolate caliente, café cortado y además de comidas más ricas y familiares, algunas con más energía que lo habitual. Sin embargo, debemos dar una vuelta de tuerca y dejar de pensar y creer que esto último nos aleja de nuestras tradiciones de invierno.
Debemos aprovechar esta temporada para rescatar aquellos tradicionales platos chilenos, como el charquicán, los porotos con rienda, las tortillas y guisos de verduras, la carbonada o las cremas y sopas, en fin, todo aquello que no sólo nos permita mantener una dieta equilibrada, sino también que nos conecte con nuestro interior y nos haga viajar a nuestra infancia, para así convertir el almuerzo o la cena en una experiencia familiar.
Conservemos las tradiciones, vamos a lo casero, mantengamos nuestra identidad y mostrémosle a nuestros hijos que una cazuela es tan rica, como un sándwich. Cocinemos junto a ellos y devolvámosle a la cocina el romanticismo relacionado a nuestra identidad. Hemos recibido una enorme herencia que es nuestro patrimonio culinario, pero la identidad no es algo estático, compacto o inalterable, sino que es dinámico y flexible. Además, hoy tenemos muchas herramientas a nuestro alcance que nos permiten innovar y renovar lo nuestro, es cosa de buscar en Internet y nos podemos encontrar con miles de preparaciones de un charquicán: de carne, de cochayuyo, de pollo, etc.
El invierno de por si nos reúne en el hogar, saquémosle partido a eso y a aprovechemos de educar a nuestros hijos en la gastronomía chilena y de las distintas zonas de nuestro país. Por ejemplo, cocinemos un con ellos un plato de pantrucas, un exquisito plato típico de la zona centro-sur de Chile. Se trata de un plato ideal para esos fríos días de julio o agosto próximos.
También podemos tomar de la zona central y junto a los nuestros deleitarnos con un caldillo de congrio, tan típico de nuestra costa central. Para cocinarlo se prepara un caldo sustancioso de congrio y luego se le añaden los demás ingredientes, cebollas, papas, zanahorias, tomates, ají de color, pimientos y otras especias, además de vino blanco hervido sin alcohol. Una mezcla de sabores y aromas para compartir en familia.
Cuando pensamos en los sabores del sur, los pescados y mariscos constituyen parte importante de nuestra gastronomía. Hay innumerables formas de prepararlos y un curanto en olla puede ser una excelente alternativa para que nos familiaricemos con las costumbres de la zona de Chiloé. Choritos, almejas, costilla de chanchito, trutro corto de pollo, longaniza, papitas con piel, cebolla y vino blanco, tapado con hojas de repollo blanco y cocido a fuego suave.
Tenemos un abanico tan amplio de nobles productos en nuestro país, a los que a veces no le damos el valor que corresponden y que además tienen excelentes funcionalidades, especialmente en la época invernal. La quínoa es una de ellos, considerando su alto contenido de vitaminas B, C y E es un cereal que tiene muchas variantes para ser preparado, ya sea como guiso, acompañamiento, ensalada o para ser agregado al yogurt o la leche en nuestro desayuno. Además, tiene muy pocas calorías, contiene muchos minerales y nutrientes que nos permiten prevenir enfermedades respiratorias, dérmicas y óseas.
Además, no nos olvidemos de incorporar productos naturales como la miel, el ajo y el propóleo, todos con propiedades estimulantes y bactericidas y que además, son propios de nuestro país. En Chile su consumo es bajísimo y se desconoce que es un co-factor para el sistema inmunológico y para la síntesis de proteína que nuestro sistema de defensa necesita.
Estoy convencido que la gastronomía es el gran pilar de encuentro familiar, un punto donde nuestras emociones, dan el paso real a la construcción de la identidad gastronómica. Cada familia puede ir moldeando de acuerdo a su historia este interesante proceso. Esta conexión es la manera más clara de sentir y concebir la naturaleza y sus productos, la vida de manera familiar y la cocina casera, como el motor de este artículo.
