Acá te muestro el lugar que te hablará de su amor por México, de su propio universo y de su cultura indígena
Por Rebeca Ubilla M.
No sé si es su fortaleza, su resistencia, sus colores, su apego a la vida o su intensidad, lo cierto es que desde que conocí a Frida Kahlo, su figura y obra no ha dejado de conmoverme y cautivarme.
Mi admiración por esta pintora mexicana, nació hace bastante años atrás de la moda que existe hoy por esta artista, lo cual no condeno, sino que aplaudo, ya que siento de que de alguna manera ayuda a seguir potenciando y reconociendo su trabajo.
Por esto, cunado hace unas semanas atrás tuve la posibilidad de ir a México, no dude en visitar su casa, la llamada “Casa Azúl”, que compartió junto al amor de su vida Diego Rivera en pleno Barrio Coayacán en Ciudad de México.
Tal como me dijeron, las filas para poder entrar son largas, pero logré ingresar de inmediato, tras hacer comprado los ticket anticipadamente por internet (algo que recomiendo hacer en www.museofridakahlo.org.mx/ )
Al ingresar, de inmediato te comienzas a empapar del color y pasión de la artista. Lo primero que ves son distintos cuadros de Frida y algunas fotografías familiares. De los más populares la pintura “Viva la Vida” es el que se lleva la mayoría de las miradas.
Pronto ingresas a sus espacios más íntimos, como la cocina completamente amarilla, en la cual puedes ver sus distintas colecciones de vajillas e indumentaria con ese sello tan propio de la artesanía mexicana.
Luego visitas una especie de estudio, donde está su silla de rueda frente a un atril de pinturas, su escritorio lleno de pinceles y pinturas. Por supuesto en él una foto de su amado Diego, con el cual mantuvo una tormentosa relación.
Hablando del muralista, el recorrido también incluye su pieza, donde está colgada su tradicional jardinera de jeans.
Pero el espacio más intimo corresponde a la pieza de Frida, su cama, donde pasó extensos períodos por las enfermedades que la aquejaban, su armario lleno de muñecas que coleccionaba y otros chiches (detalle que me sorprendió) y una ánfora con sus restos.
Apariencias
Además de su pintura, uno de los aspectos que más ha sido admirado es la imagen de Frida y específicamente su vestuario, muestra de ello es la portada que la Revista Vogue le realizó destacando su vestido en gran plenitud.
Como un homenaje a éste hace un tiempo se inauguró en la misma Casa Azúl, la exhibición “las Apariencias Engañan: Los Vestidos de Frida Kahlo”, la cual también es posible ver en el recorrido.
“Para Frida, el tradicional vestido tehuana no era sólo un objeto que adaptó a su cuerpo para cubrir sus imperfecciones físicas: lo transformó en una declaración ideológica y cultural que fusionó en si misma hasta convertirlo en una segunda piel”, se señala en el ingreso a la muestra.
En la exhibición, se pueden ver varios de sus coloridos vestidos, algo de sus accesorios y más fotografías. Al finalizar, los jardines también se pueden recorrer libremente.
Como ves todo un panorama que, sin duda, te hablará de su amor por México, de su propio universo y de su cultura indígena.
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