Experto en Programación Neurolingüística (PNL) nos enseña el poder que tiene el lenguaje para transformar la percepción de la realidad y cómo usar las palabras para conectar con recursos que permiten superar con efectividad los obstáculos que hoy enfrentamos.
Una misma realidad puede ser interpretada de distintas maneras, al menos así lo establece la PNL, escuela de pensamiento que invita a modificar el lenguaje para cambiar positivamente la forma de pensar, ver las cosas y actuar en la vida.
Conocida también como el arte y la ciencia de la excelencia humana, la PNL plantea que cada palabra que pensamos o decimos se asocia a una sensación o emoción, que y cada sensación o emoción incide en la manera en que una persona aborda su vivir.
En el actual escenario, donde abundan palabras y expresiones como crisis, problema o tiempos difíciles, conversamos con Jaime de Casacuberta, autor del libro Despega: 7 pasos para el desarrollo personal y profesional, quien nos enseña el poder que tienen las palabras.
¿Cómo nos estamos comunicando en medio de esta contingencia?
Estamos utilizando un abrumador lenguaje catastrófico que nos conduce a experimentar depresión, ansiedad y miedo. Sensaciones que dificultan nuestras capacidades para superar con energía y creatividad el desafío que tenemos por delante.
Le atribuyo una gran responsabilidad a los medios de comunicación, que en general, suelen destacar los aspectos más sensacionalistas de la realidad. Estos tienen gran importancia, pues son poderosos programadores mentales colectivos. Las palabras claves que ellos usan son adoptadas por la ciudadanía en corto tiempo y de manera masiva.
¿En qué sentido el lenguaje puede ayudarnos en esta situación?
Los seres humanos no responden emocionalmente a la realidad, sino a la particular percepción que tienen de ella. Por lo que es totalmente posible modificar nuestra respuesta emocional si logramos modificar la forma que tenemos de percibir nuestra realidad. El lenguaje es precisamente el instrumento que permite tal modificación.
Trabajar online por primera vez puede ser percibido como un “problema” para algunos y como una “oportunidad” para otros. El hecho es el mismo, la percepción es diferente. Elegir percibir situaciones como problemas, amenazas o crisis nos conducirá a sentirnos impotentes, fracasados y deprimidos. En cambio, si elegimos etiquetar estas mismas situaciones como oportunidades, desafíos o retos, nos sentiremos empoderados, confiados y tranquilos.
Para ser más efectivo, tomar las mejores decisiones, aclarar estrategias y en definitiva superar la adversidad, es crucial experimentar sensaciones gratas y emociones movilizadoras. He ahí la importancia del lenguaje.
¿Cómo poder identificar si nuestro lenguaje es el adecuado?
Lo que nos permite identificar si nuestro lenguaje es inadecuado o adecuado son las sensaciones que experimentamos al pronunciar cada palabra. Si la sensación percibida es paralizante, el lenguaje utilizado es inadecuado. Si por el contrario es movilizadora, será adecuado.
¿Cómo crear frases favorables y en positivo?
Las personas resilientes reconocen la existencia de la adversidad y su magnitud. No pretenden autoengañarse o caer en eufemismos, sin embargo, construyen un lenguaje en base a percepciones que favorecen la existencia de sensaciones motivantes. Precisamente las que se necesitan para superar la adversidad.
He aquí algunos ejemplos: