Las determinantes sociales y de género hacen que ellas sufran más que los hombres de depresión motivada por temas relacionados con el trabajo.

Fuente: El Mercurio
Se habla de “distrés laboral” cuando la causa del estrés tiene un claro origen en el trabajo, problema que en Chile es más común entre las mujeres que entre los hombres y que puede llevar a un cuadro depresivo. Así se desprende de una investigación realizada por Elisa Ansoleaga (Facultad de Psicología Universidad Diego Portales), junto a Michel Vézina (Facultad de Medicina de la Universidad de Laval, Canadá) y a Rosa Montaño (Facultad de Ciencias, Universidad de Santiago e integrante de la Escuela de Salud Pública, Universidad de Chile).

Ansoleaga comenta que los determinantes sociales y de género son los principales motivos por los cuales las mujeres sufren más de depresión que los hombres. “Más de un tercio de los hogares tienen jefatura femenina; es decir, ellas se ocupan del rol de proveedor económico, de las tareas domésticas y del cuidado. Además, acceden a empleos de peor calidad que suelen ser más desgastantes y peor pagados, lo que las lleva a necesitar dos trabajos para mejorar sus rentas. Se suman determinantes sociales propias de las grandes ciudades, como el sistema de transportes o la calidad de la vivienda. Todo ello hace mayor la posibilidad de enfermar”.

Agrega que este estudio determinó características personales que aumentan la posibilidad de presentar síntomas depresivos en trabajadoras mujeres, entre ellas: percibir estrechez económica, haber recibido el diagnóstico de enfermedad crónica (diabetes, hipertensión, etc.) y referir que las obligaciones del trabajo interfieren con las obligaciones de la familia. “Entre los factores de la organización del trabajo que aumentan la chance de presentar sintomatología depresiva en trabajadoras chilenas se identificaron: las altas demandas psicológicas en el trabajo, el bajo soporte social, la combinación de altas demandas psicológicas con bajo control sobre el trabajo y con bajo soporte social, y el desbalance entre el esfuerzo invertido en el trabajo y las recompensas recibidas. Y, entre los hombres influyen las altas demandas psicológicas y el desbalance entre el esfuerzo y las recompensas recibidas”.

PÉRDIDA DE CAPACIDADES

El peor resultado de una depresión es el suicidio. Pero antes hay una gran pérdida de funcionalidad, de la capacidad de operar en el contexto y entorno habitual, y discapacidad. Por lo mismo, es importante prevenirla y, si no se logra, identificarla y tratarla. Los estudios indican que una de cada cinco mujeres tendrá depresión en su vida y, por lo tanto, requerirán de licencias médicas más largas que las vinculadas a otras patologías.