En 2023, la Superintendencia de Educación reportó 4.502 denuncias de maltrato entre estudiantes, una cifra alarmante pese a la reducción respecto al año anterior. Identificar las señales del bullying y saber cómo actuar es crucial para proteger a los niños.
El bullying escolar continúa siendo una preocupación significativa para padres, educadores y autoridades. En 2023, la Superintendencia de Educación registró 4.502 denuncias de maltrato entre estudiantes, una disminución del 12% en comparación con 2022, pero aún la segunda cifra más alta en la última década. Este panorama resalta la necesidad de estar atentos a las señales de alerta y actuar de manera efectiva para brindar apoyo a los niños afectados.
El psicólogo y Director de Pranavida, Jorge Fuentes, explica que hay varios indicadores clave que pueden ayudar a los padres a identificar si su hijo está siendo víctima de bullying. “Los cambios abruptos en el comportamiento son uno de los indicios más claros. Si un niño que solía ser extrovertido y alegre se vuelve retraído, triste o ansioso, es importante investigar más a fondo”, señala Fuentes. “Asimismo, la evitación de situaciones sociales como ir al colegio o participar en actividades previamente disfrutadas puede ser un signo de acoso.”
Fuentes también menciona señales físicas que no deben pasarse por alto. “Los niños que están siendo acosados pueden presentar heridas, moretones o daños en sus pertenencias que no pueden explicar. Síntomas físicos recurrentes como dolores de cabeza o de estómago también pueden ser una respuesta al estrés generado por el bullying.”
Ahora bien, sabemos que abordar el tema del bullying con los hijos puede ser desafiante, pero es crucial para ayudarles a abrirse y buscar apoyo. En este sentidos, el conductor de Club Bienestar, ofrece algunos consejos prácticos para los padres:
1. Crear un ambiente de confianza: “Es fundamental que los niños sientan que pueden hablar con sus padres sin temor a ser juzgados. Dedicar tiempo de calidad a escucharlos y demostrar empatía es esencial.”
2. Hacer preguntas abiertas y no invasivas: “En lugar de preguntar directamente si alguien les está haciendo bullying, que puede ser intimidante, los padres pueden preguntar cómo les ha ido en el colegio, qué les gusta de sus amigos o si hay algo que les preocupa. Esto puede ayudar a los niños a sentirse más cómodos hablando de sus experiencias.”
3. No minimizar sus sentimientos: “Es importante validar los sentimientos de los niños, mostrando comprensión y apoyo. Decirles que lo que sienten es válido y que tienen derecho a sentirse así les brinda seguridad.”
4. Buscar ayuda profesional si es necesario: “Si un niño está siendo afectado de manera significativa, buscar la ayuda de un psicólogo puede ser muy beneficioso. Los profesionales podemos ofrecer herramientas y estrategias específicas para manejar el acoso.”
Finalmente, Fuentes resalta la importancia de la comunicación constante entre padres, hijos y la escuela. “La colaboración entre todos los actores involucrados es clave para abordar y solucionar los casos de bullying. Los padres deben mantenerse informados y en contacto con los profesores y la dirección escolar para garantizar que se tomen las medidas adecuadas.”