- Los menores pueden ser operados desde los 6 años para corregir sus orejas y así evitar ser sometidos al estrés de ser molestados por sus compañeros.
Cada vez es más frecuente ver en las consultas de cirujanos plásticos a padres solicitando una intervención que ayude a corregir las “orejas aladas” de sus hijos, ya sea porque fueron enviados por sicólogos o siquiatras infantiles preocupados por los efectos en la autoestima de estos niños.
Según la Sociedad Norteamericana de Cirugía Estética (ASAPS), en el año 2014 se practicaron en Estados Unidos 9.123 otoplastías en menores, una cifra que crece año a año, ante escenarios de acoso escolar y de ciberbullying.
En nuestro país la situación no es muy diferente, el fenómeno de bullying, tan masificado en los últimos años entre los escolares y magnificado por las Redes Sociales, ante las cuales acceden cada vez a más temprana edad, ha hecho que este tipo de intervención haya aumentado entre los menores.
De hecho, según explica el Doctor Roberto Prado, cirujano plástico de Centro Médico El Golf, tener “orejas aladas” afecta de manera especial a los niños menores, quienes son identificados con múltiples sobrenombres, llegando a extremos donde son operados durante los períodos de vacaciones, muchas veces tras cambiarse de colegio, para llegar con orejas “normales” a un ambiente nuevo y así evitar estar en ambientes perjudiciales que pueden menoscabar su integridad.
El doctor cuenta que, en ocasiones, los padres no consultan a especialistas por considerar que sus hijos son muy pequeños para ser sometidos a una cirugía o por temor a complicaciones postoperatorias. Sin embargo, los menores pueden ser operados desde los 6 años para corregir sus orejas y así evitar someterlos al estrés de ser molestados por sus pares, quienes pueden llegar a ser bastante crueles con quienes lucen diferencias físicas.
¿Cirugía estética o reconstructiva?
Bajo este prisma del bullying, el doctor Prado estima que es indispensable orientar a los niños respecto a valores tan esenciales como la tolerancia y el respeto, para así erradicar definitivamente el bullying, pero mientras eso no ocurra cree que es necesario cambiar el concepto en la población, y en especial en isapres e instituciones de salud, de que en estos casos son procedimientos reconstructivos y no estéticos.
Efectivamente, el objetivo de una otoplastía es devolver “a la normalidad” una alteración del desarrollo y no pretende mejorar o embellecer.
La Otoplastia se realiza en quirófano bajo anestesia local y sedación, o bien, si el niño es muy pequeño, bajo anestesia general. La cirugía suele tener una duración entre 1 a 2 horas.
La vuelta al colegio o trabajo puede ser posible en una semana, pero deberá limitar las actividades físicas durante el primer mes.