Cuando estamos frente a una alta demanda de actividad física y el agua parece no ser suficiente, la solución que se viene a la cabeza es consumir una bebida isotónica. Pero, ¿cuándo son recomendables y cuándo no? Carolina Espejo, nutricionista de IntegraMédica, aclara estas y otras dudas.

Sabemos que, para funcionar de manera óptima, nuestro cuerpo necesita estar bien hidratado. Por eso, si vamos a realizar una práctica deportiva de alta intensidad, es común pensar en las bebidas isotónicas como la mejor solución. Sin embargo, vale la pena cuestionarse cuándo y en quiénes está realmente recomendado.

“Si no tenemos suficiente líquido en el organismo, las funciones esenciales no se realizan adecuadamente y nuestros órganos dejan de recibir los nutrientes necesarios. Por eso, es muy importante cuidar la hidratación siempre. Como primera acción, deberíamos pensar en el consumo de agua para mantener los niveles óptimos, y en algunos casos, complementar con bebidas isotónicas”, explica Carolina Espejo, nutricionista de IntegraMédica.

La especialista detalla que estos productos contienen una concentración de carbohidratos y electrolitos similar a la de los fluidos corporales, lo que permite una rápida absorción y reposición de líquidos y nutrientes. “El fin nutricional de estas bebidas es ayudar a mantener el equilibrio de líquidos y electrolitos en el cuerpo, prevenir la deshidratación y proporcionar energía de manera rápida”, sostiene.

Por eso, aclara que lo recomendable es consumir bebidas isotónicas solo en caso de ejercicio intenso o prolongado, especialmente cuando se realiza actividad física durante más de una hora. “Por ejemplo, en competencias o prácticas intensivas, como triatlón, ciclismo, crossfit y fútbol. Es importante recordar que durante el ejercicio el cuerpo pierde líquidos y electrolitos a través del sudor y las bebidas isotónicas ayudan a reponerlos de manera más eficiente que el agua sola”, puntualiza.

Sin embargo, la experta añade que en la mayoría de las situaciones cotidianas y de ejercicio moderado, el agua sigue siendo la mejor opción para mantenernos hidratados. “Por lo mismo, no son recomendables en niños o adolescentes con actividad física baja, embarazadas, adultos mayores o pacientes con alguna patología, como diabetes, hipertensión o problemas renales, por su alto contenido de azúcares y sodio”, explica la experta.

“También es importante aclarar que las bebidas isotónicas no se recomiendan en cuadros de deshidratación por otros motivos, como afecciones gastrointestinales. En esos casos, lo que se sugiere son bebidas hipotónicas, especialmente creadas para cuadros diarreicos. La diferencia entre una bebida isotónica y una hipotónica radica en su concentración de sales y azúcares, por eso no sirven para lo mismo”, agrega.