Intavolatura di tiorba es el segundo álbum que se graba en Chile con el singular instrumento de cuerdas nacido a fines del siglo XVI e incluye obras de De Visée, Bach y Couperin.
Editado en formato vinilo, CD y digital, el registro tendrá una presentación virtual este miércoles 11 de agosto, a través del canal de Youtube del sello discográfico.
La primera vez que en Chile se hizo un disco para tiorba sola fue en 2015. Se llamó Un bocconcino di fantasia y su autor es uno de los nombres más destacados en el ámbito de la música renacentista y barroca: Rodrigo Díaz Riquelme (1968), quien exhibió ahí su dominio del singular instrumento de 14 cuerdas, surgido a fines del siglo XVI en Italia, similar a un laúd e impresionante por su gran tamaño.
Seis años más tarde, esa destreza tiene una nueva muestra: Intavolatura di tiorba, un nuevo disco dedicado exclusivamente a ese instrumento, será presentado este miércoles 11 de agosto a través de Aula Records, el sello discográfico de la Universidad de Santiago de Chile (Usach). Con ediciones en formato de vinilo, CD y formato digital, es el segundo registro que se publica en el país en torno a este instrumento.
“Grabar es importante porque es un documento que queda para el futuro, una referencia, más aún cuando se trata de un repertorio que todavía no es tan recurrente”, valora Rodrigo Díaz, quien es parte del conjunto Syntagma Musicum Usach y dirige el Coro Madrigalista Usach.
Formado como guitarrista por el maestro Ernesto Quezada, fundador de Syntagma Musicum, se especializó luego en instrumentos como el laúd y la guitarra barroca y ha construido una trayectoria en la que también destaca su trabajo con los grupos La Pulsata y Les Carillons. La tiorba es un instrumento que comenzó a estudiar en los albores del siglo XXI y profundizó en el Conservatorio Superior de Sevilla (España) con el reconocido intérprete Juan Carlos Rivera. A partir de entonces, se ha perfeccionado en un instrumento que “hechiza a quienes sucumben a sus encantos, mediante una combinación de sensualidad y profundidad que nunca ha sido superada por ningún invento posterior”, según escribe el musicólogo australiano John Griffiths en las notas del disco.
“Pese a que son estilos distintos, son obras creadas más o menos en la misma época, poco después de 1700”, explica Rodrigo Díaz sobre el repertorio, que incluye piezas de los franceses Robert de Visée y François Couperin y del alemán Johann Sebastian Bach. En el caso de los dos últimos, son transcripciones hechas especialmente para el instrumento: “A diferencia del primer disco, acá hay un poco de creación mía. Así como Robert de Visée transcribió obras para clavecín, yo lo hice con cinco piezas de Couperin que creo que son un aporte para el repertorio de la tiorba actual, porque no hay grandes autores para este instrumento. También transcribí la Suite para chelo Nº 3 en do mayor BWV 1009 de Bach, basándome en lo que había hecho mi profesor Juan Carlos Rivera, para darle un relieve al repertorio que se puede hacer en la tiorba. Además, grabé obras del mismo De Visée, que es el único que hizo cosas especialmente para tiorba en esa época”. De ese ejercicio se desprende el título del disco, Intavolatura di tiorba (En tablatura de tiorba, en italiano), que alude a la forma de escritura musical a la que Rodrigo Díaz debió acudir: “Quería hacer recreaciones propias, por eso se llama así. Me basé en partituras de clavecín y las puse en tablaturas, que es un sistema de lectura de estos instrumentos, tratando que fuera un aporte para el repertorio del instrumento. Ese fue mi principal objetivo”, detalla Rodrigo Díaz. “Es un trabajo que toma tiempo y hay que ir probando mucho, porque es algo nuevo. Creo que las obras de Couperin tienen un grado de dificultad que no hay en el repertorio para tiorba original que yo conozco y lo mismo pasa con Bach, no hay ejemplos en tiorba con este nivel de dificultad”.
Artesanía y actualidad
Como ocurre con cada publicación de Aula Records, Intavolatura di tiorba cuenta con un diseño encargado especialmente a una artista visual. En este caso, ese rol fue para Kimberly Halyburton (1990), profesora de artes plásticas y fotógrafa establecida en Valparaíso, quien trabajó con la técnica de la cianotipia.
“A Rodrigo le llamó mucho la atención el color clásico de la cianotipia, que es el azul, e hicimos un trabajo en conjunto pensando en darle un toque de modernidad a este tipo de música. Muchas veces se retrata como música antigua, pero se está haciendo en la actualidad y ese es un sello que quisimos darle, con un toque vibrante e intenso”, señala.
En ese sentido, Kimberly Halyburton explica que el arte del disco destaca dos elementos: los rosetones de la tiorba de Rodrigo Díaz, construida por la luthier española Lourdes Uncilla, y las tablaturas a las que alude el título: “Para resaltar los rosetones de forma sutil, se repite la imagen en la carátula y así se muestran diferentes partes. Por otro lado, las tablaturas son una forma de escribir que se relaciona con la cianotipia en el sentido de que son técnicas artesanales, un trabajo directo con las manos”, dice.
La versión íntegra del disco se publica en formato digital y CD y contiene 17 movimientos, mientras que la edición en vinilo recoge una selección de diez piezas, para que su duración sea óptima en ese formato.