• Con la ayuda de las tecnologías, una alimentación sana, un estilo de vida equilibrado y una planificación adecuada al estado de cada persona, los procesos de envejecimiento se pueden enlentecer, prolongando la juventud, tanto física como mental.

El envejecimiento es un proceso continuo que afecta a todos los seres vivos y que lleva aparejados una serie de procesos de deterioro paulatino que parten desde el día en que nacemos, por lo que muchas veces no nos damos cuenta qué cosas cambian.

Por ejemplo, la cantidad de energía que gastamos en reposo, disminuye con la edad, lo cual se traduce en que comemos la misma cantidad, pero empezamos a engordar. Por otro lado, es habitual tener menos fuerza, porque la cantidad de músculo tiende a disminuir con los años, sobre todo si no se realiza actividad física, con lo cual se comienza a acumular grasa en lugares donde antes no existía.

A estos signos de envejecimiento se pueden sumar una piel seca, delgada, la aparición de manchas de color café, telangectasias (venitas dilatadas), arrugas finas y en algunos casos, incluso se puede llegar a tener cáncer de piel.

La edad en que comienzan a aparecer estos signos depende de la genética, la exposición solar y aspectos como la dieta, condición física y manejo del estrés, entre otros.

Hoy, gracias a la ayuda de las tecnologías, la alimentación, un estilo de vida equilibrado y una planificación adecuada al estado de cada persona, estos procesos se pueden enlentecer, prolongando la juventud, tanto física como mental.

En los cuidados de la piel, la prevención es esencial

Dr KleinEn el envejecimiento cutáneo, a diferencia del resto del organismo, tenemos además del envejecimiento intrínseco, dado por la edad, el fotoenvejecimiento, causado por la radiación solar.

De acuerdo al Dr. Rodolfo Klein, dermatólogo del Centro Médico Dermatocosmiátrico y especialista en Medicina Anti-edad, Klein y Asociados, prevenir es la clave para el cuidado de la piel, para lo cual es ideal iniciar los tratamientos lo más precoz que se pueda y por supuesto, resulta indispensable evitar el sol o utilizar filtros adecuados.

Según explica el doctor Klein, “si el daño es leve, podremos intentar evitar que siga aumentando con el uso de productos antioxidantes, vía local o sistémica, pero como prevenir siempre es mejor, en las arrugas incipientes es recomendable colocar una pequeña cantidad de toxina botulínica (botox ®), para que no se profundicen los surcos o en aquellas zonas que ya se están marcando, ácido hialurónico”. De esta manera, el doctor indica que nos mantendremos más tiempo sin que se nos note el efecto del tiempo.

Es importante señalar que en cada caso particular, el dermatólogo debe evaluar al paciente y recomendar un tratamiento según la zona del cuerpo que quiera tratar, así como la magnitud del daño y si es un envejecimiento intrínseco o actínico (solar), etc.

En su consulta, a lo largo de los años, han utilizado diversos tratamientos, desde antioxidantes, para atenuar las líneas de expresión, hasta laser para las arrugas, las manchas café y las telangectasias. Hoy en día, si bien siguen con gran vigencia tratamientos como la radiofrecuencia, los peelings, la dermoabrasión, mesoterapia y la toxina botulínica, entre otros, algo que está dando gran resultado, sobre todo para corregir el daño inicial, es la nueva línea de ácido hialurónico de Allergan llamado Vycross ® Collection Juvederm ®, que con su nueva formulación, permite manejar muy bien las formas y evitar que se generen aumentos de volumen antiestéticos, disminuyendo la flacidez, rejuveneciendo y permitiendo recuperar el perfil perdido.

Además, agrega el experto, “la mesoterapia de Filorga ®, nos ha producido grandes satisfacciones, especialmente luego del verano, permitiendo que la piel recupere sus condiciones, por su gran contenido en antioxidantes”.

La importancia de la alimentación

jugosLa nutrición balanceada es uno de los factores que ayudan a mejorar y prologar el periodo de vida activa, previniendo enfermedades relacionadas con la edad. La Dra. Paula Klein, experta en medicina antiaging y candidata a magister en nutrición, de Klein y Asociados, si bien no recomienda una dieta específica, pues para cada paciente puede ser diferente dependiendo de su tipo de piel, de sus niveles de colesterol, glicemia y otros factores a considerar, explica que es necesario mantener una dieta equilibrada y que hay alimentos antioxidantes que ayudan a frenar el daño celular, protegiendo a las células humanas del estrés oxidativo, generado  por el efecto de los radicales libres en el organismo, que son uno de los principales responsables de las enfermedades cardiovasculares, así como del cáncer y envejecimiento.

Hoy existen investigaciones que explican que algunos alimentos desatan reacciones en el organismo e incluso cambian la expresión génica en las células. En resumen, algunos tipos de alimentos como los ricos en grasas saturadas, o azucares refinados pueden acelerar el envejecimiento.

Además, no hay que olvidar que tan importante como la calidad de lo que comemos, es en qué cantidad y su preparación.

Sobre los alimentos que podríamos decir que disminuyen los factores de riesgo de enfermedad son el omega 3, contenido en pescados y mariscos; vitaminas con función antioxidante (A, C, E) contenidas en frutos rojos, zanahorias, cítricos, aceitunas, frutos secos, aceites de oliva y polifenoles: presentes en frutas, verduras y té verde.

Para la Dra. Paula Klein, “si incorporamos estos alimentos a una dieta equilibrada, que no aumente las calorías totales ingeridas, para no subir de peso, podremos ayudar a prevenir enfermedades relacionadas con la edad, así como a vernos y sentirnos mejor”.

¿Me veo de la edad que tengo?

Mientras que la edad cronológica son los años que tengo desde mi nacimiento, la edad biológica es un término que nos dice cómo está funcionando nuestro organismo en relación a la edad cronológica o a una persona saludable de mi edad.

Según explica la Dra. Klein, “la importancia de realizar un diagnóstico de la edad biológica lo más detallado posible, es identificar a tiempo los factores que aumentan el riesgo de padecer enfermedades que disminuyen la capacidad personal o afectan negativamente la longevidad; y también, aquellos que protegen a la persona”.

Para saber cuál es la edad biológica de una persona, hay que comenzar con una consulta médica, donde se realiza una entrevista exhaustiva que incluye hábitos de vida, ambiente de trabajo, antecedentes de enfermedades personales y familiares, seguido de un examen físico general. Con esta información, el médico decide qué exámenes de laboratorio se debe realizar la persona y los resultados se evalúan en una segunda consulta.

Estos estudios, unidos a otras mediciones no tradicionales, como la composición corporal y el estrés oxidativo, ayudan a determinar la edad biológica o “verdadera del organismo”, con lo cual se elabora un plan de trabajo personalizado con la idea de optimizar los recursos de cada persona, para mejorar sus capacidades y retrasar o abolir la aparición de enfermedades discapacitantes provocadas por el envejecimiento.