Se trata de una enfermedad crónica que se produce a partir de diversos factores que afectan a los pulmones, provocando inflamación en las vías respiratorias. El doctor Felipe Erpel, broncopulmonar de Clínica Bupa Santiago, explica la importancia de seguir un tratamiento médico para evitar una crisis de asma
Dificultad para respirar, falta de aliento, opresión en el pecho, silbidos y tos son algunos de los síntomas más característicos del asma, patología que afecta a los pulmones, provocando que las vías respiratorias se inflamen y se estrechen. Felipe Erpel, broncopulmonar de Clínica Bupa Santiago, cuenta sobre sus factores de riesgo, cómo se produce y de qué manera se puede controlar.
“No conocemos todas las variables que puede causar el asma, pero sí sabemos que se han vinculado factores genéticos, ambientales y ocupacionales a su aparición. Si un familiar directo tiene asma, seguramente el paciente tendrá más probabilidades de desarrollarla”, sostiene el especialista.
Asimismo, indica que entre los desencadenantes más comunes están:
● Animales (caspa o pelaje de mascotas)
● Ácaros del polvo
● Ciertos medicamentos (ácido acetilsalicílico y otros antiinflamatorios)
● Cambios en el clima (con mayor frecuencia el frío)
● Químicos en el aire o en los alimentos
● Actividad física
● Moho
● Polen
● Infecciones respiratorias, como el resfriado común
● Emociones fuertes (estrés)
● Humo del tabaco
“En este sentido, las personas asmáticas deben tener especial cuidado con estos desencadenantes. Es una enfermedad que afecta a cerca del 10% de la población y no tiene cura, pero sus síntomas pueden controlarse bien si se toman las precauciones adecuadas. Dado que es una afección que suele cambiar con el tiempo, es importante que la persona se controle con su médico tratante, para hacer un seguimiento de los signos, los síntomas y ajustar el tratamiento según sea necesario”, señala el doctor Erpel.
Los principales tratamientos del asma son inhaladores con corticoides para desinflamar las vías respiratorias y evitar las crisis bronquiales. También, el manejo de alergias y otras condiciones asociadas. “La mejor forma de prevenir las crisis es tener un buen control médico, con terapias y ajustes en caso de cambio de síntomas”, añade.
Asimismo, el especialista indica que la falta de tratamiento y la exposición a los factores mencionados contribuyen a la gravedad de la enfermedad. “Los antecedentes genéticos no se pueden modificar, pero sí podemos cambiar nuestro comportamiento frente a los gatillantes. Es importante que los pacientes tomen un rol activo y responsable de autocuidado para llevar una buena calidad de vida que, con los cuidados necesarios, incluso permite practicar deporte y realizar actividades sin limitaciones”, dice el broncopulmonar de Clínica Bupa Santiago.