- Debido a su fuerza muscular, marcan con mayor intensidad las líneas generadas por el ceño fruncido, lo que incluso afecta sus relaciones laborales.
Motivados por mejorar sus relaciones laborales, los hombres han convertido a la inyección de toxina botulínica en entrecejo en el principal tratamiento mínimamente invasivo que realizan en el rostro. Según la doctora Claudia Avaria, directora de Clínica Avaria, los hombres buscan este tratamiento para reducir la formación de arrugas producto de la gestualidad.
“Debido a su fuerza muscular, en un gran número de hombres las primeras arrugas que se marcan y con mayor profundidad son las del entrecejo, que se producen al fruncir el ceño. Los hombres se quejan que en la oficina les preguntan si están enojados o preocupados, cuando realmente no lo están. Para ellos es un problema estético, pero que también influye en el área laboral, porque proyecta un ánimo que no corresponde con el real”, explica la especialista. “También vienen alentados por sus señoras que se realizan otros tratamientos”, advierte.
La edad media de quienes se realizan este tratamiento es entre 30 y 50 años y son especialmente ejecutivos y profesionales que se relacionan con público. Muchos quieren proyectar sus carreras luciendo más jóvenes y menos estresados.
La especialista explica que “las neuronas son las encargadas de ordenar al músculo que se contraiga, liberando neurotransmisores. La toxina botulínica bloquea esa conexión, y el músculo, al no recibir la señal química de contracción, queda relajado”.
Este tratamiento tiene un efecto promedio de 3 a 4 meses, debido a que se regeneran nuevas conexiones que devuelven el movimiento.
En este punto, la especialista advierte que los hombres buscan resultados naturales, lo que dependerá de la dosis de toxina botulínica inyectada. Por esto recomienda exigir al médico un análisis de la gestualidad del rostro, su fuerza muscular y cantidad de inserciones o líneas verticales (2 ó 4) que se forman en su entrecejo. “Es importante pedir un chequeo al cabo de 15 días, cuando se ve el efecto de la toxina botulínica, y el médico evalúa si se requiere o no un retoque con dosis adicional según la arruga que quede. La dosis que se aplica no debe ser estándar, sino que individualizada”, explica la especialista de Clínica Avaria (www.clinicaavaria.cl).
Cuando las inserciones o arrugas verticales están muy marcadas, algunos hombres complementan la aplicación de toxina botulínica con relleno facial que empareje la zona. El relleno de ácido hialurónico tienen un efecto que dura de 8 a 12 meses y otros rellenos como Ellansé tienen un efecto que se prolonga por 4 años. “La mayoría queda bien sólo aplicando toxina botulínica”, explica la doctora de Clínica Avaria, donde el 30% de las intervenciones son realizadas en hombres.
La especialista indica que las arrugas peri orbiculares o patas de gallo producidas por el gesto de la risa es otra zona donde los hombres aplican toxina botulínica. Las marcas que deje la risa dependerán de la calidad de la piel, su capacidad de elasticidad y regreso a su forma. En tercer lugar aplican en la frente para prevenir la formación de arrugas horizontales, provocadas por ejemplo por levantar las cejas.
Tapando ojeras
Para proyectar una imagen descansada y fresca, cada vez más hombres acuden al relleno de ojeras. El relleno con ácido hialurónico permite emparejar zonas hundidas, produciendo un efecto de luminosidad. Además, cubre los pigmentos generados por la mala circulación sanguínea en la zona y que dan un aspecto oscuro, lo que devuelve la claridad a esta área.
También acuden al tratamiento para rellenar el surco nasogeniano, que va desde la nariz a la comisura de los labios, y cuya profundización da un aspecto cansado. Este relleno empareja la zona, para proyectar una imagen más descansada y juvenil.
Para concluir, la especialista de Clínica Avaria destaca de cada vez más hombres jóvenes se someten a rinomodelación para rectificar su nariz mediante rellenos faciales. Este habitualmente es aplicado en la zona cóncava bajo el entrecejo para que desaparezcan gibas y rectificar el dorso nasal, y en la base y punta de la nariz, para elevarla. Los hombres habitualmente buscan un perfil recto y solo levemente respingado.