La diabetes puede generar complicaciones en distintos órganos, siendo uno de ellos el globo ocular, provocando incluso ceguera. Para evitarlo, es muy importante un diagnóstico oportuno y un correcto control de la patología de base. El oftalmólogo Gonzalo Ibáñez explica cómo se puede identificar y tratar.

Alrededor de 415 millones de personas tienen diabetes a nivel mundial y, en Chile, un 10% de la población la padece. Esta enfermedad puede generar una serie de complicaciones crónicas, debido a la elevación de la glicemia. Dentro de los tejidos afectados, están los ojos, donde se puede producir una patología conocida como retinopatía diabética.

“Ésta consiste en una falla del riego sanguíneo, ya que a nivel microscópico se produce una obstrucción masiva de pequeños vasos sanguíneos, ruptura de éstos y alteración de la permeabilidad, producto de que los vasos dañados comienzan a liberar plasma que inunda la retina, lo que no ocurre en un ojo sano”, señala el Dr. Gonzalo Ibáñez, oftalmólogo del Centro Médico Clínica Santa María de La Dehesa.

No obstante, esta patología no se presenta en todos los pacientes que tienen diabetes sino en ciertos casos. “Se produce en aquellos pacientes con mal control metabólico, ya sea porque no se cuidan o porque padecen de una diabetes agresiva difícil de controlar”, agrega el especialista.

Por otro lado, también existen diferencias según el tipo de diabetes que tiene la persona. “Los diabéticos tipo I padecen con más frecuencia condición que los diabéticos tipo II, ya que en general, la diabetes tipo I es mucho más severa, afectando a niños y jóvenes que necesitan de la insulina para sobrevivir. La tipo II, que afecta a los adultos, es más fácil de controlar y por ende, menos peligrosa” explica el Dr. Ibáñez.

Detección y tratamiento

Inicialmente, la retinopatía diabética no tiene síntomas perceptibles para la persona, por lo que su identificación se logra a través de un examen de fondo de ojo bajo dilatación pupilar. “Esta patología, causa un daño progresivo pero silencioso en que el paciente no puede darse cuenta que la padece sino hasta etapas avanzadas”, asegura el oftalmólogo.

Cuando el estado de la enfermedad es avanzado, produce dolor o presión en ambos ojos, pérdida brusca de visión, dificultad para ver objetos ubicados hacia las esquinas de los campos visuales y visión doble o borrosa.

Cuando se obtiene el diagnóstico, se debe tratar lo antes posible para evitar complicaciones, como neovascularización retinal y glaucoma, que puede terminar con pérdida visual severa e irreversible. “El tratamiento consiste en la fotocoagulación con láser de argón, lo que elimina las porciones enfermas de la retina que pueden estar afectando la zona que está sana, a través de quemaduras microscópicas controladas”, explica el Dr. Gonzalo Ibáñez.

Prevención

Los diabéticos deben realizarse un control oftalmológico al menos una vez al año, para poder identificar la existencia de alguna anomalía relacionada a la enfermedad.

Finalmente, el especialista enfatiza que es fundamental mantener un control metabólico estricto para evitar o retrasar la retinopatía diabética, siendo una de las principales medidas mantener niveles estables de azúcar en la sangre, con el tratamiento que sea necesario como dietas, hipoglicemiantes orales o insulina.