Rojeces, sequedad, dermatitis y envejecimiento prematuro son algunas consecuencias que acarrea el frío al que exponemos nuestra piel durante esta época del año. Una de las zonas más afectadas es el rostro, ya que está más expuesto a los embates del clima.

 

La piel es la barrera de protección natural que tiene nuestro cuerpo, por lo que su cuidado es fundamental, sobre todo durante la época de invierno, donde las bajas temperaturas pueden causar estragos.

La cosmiatra de  Clínica Lo Fontecilla, Francisca Fernández, explica que las bajas temperaturas hacen que los capilares se contraigan, lo que reduce la irrigación sanguínea y, por ende, disminuye la oxigenación y la nutrición de la piel. 

 La calefacción también tiene sus efectos nocivos, bajando la humedad ambiental y afectando directamente en la hidratación cutánea. Todo esto, altera la función de barrera de la piel , produciendo  además de sequedad, alteración de su  funcionamiento normal.

 Como si fuera poco, es una época del año en que las pieles sensibles y con rosácea, se ven agudizadas en su condición, por la vasodilatación brusca,  en respuesta a los cambios de temperatura  del frío exterior a lugares calefaccionados.

 Para evitar estas complicaciones en nuestro rostro, la profesional es enfática en señalar que el primer paso es hidratar, continuar utilizando protección contra RUV y  una buena limpieza, ya que en durante esta época hay un aumento de la contaminación, por lo que el material particulado en suspensión se adhiere a nuestro rostro debido al uso de cremas o bases.

 “Lo idea es utilizar una leche de limpieza  y masajear un poco la cara para emulsionar todo lo que uno tiene puesto: el maquillaje, el labial, etc. Se hace una mezcla y se retira por arrastre, con un algodón húmedo. Después se enjuaga con agua tibia y el rostro queda completamente limpio”.

La cosmiatra recomienda que inmediatamente después de eso se utilice una crema hidratante. “Como en el invierno  aumenta la contaminación, también aumentan las pieles sensibilizadas o intolerantes que se ponen muy rojas o que se irritan fácilmente. En ese  caso, lo recomendable es buscar productos sin alcohol y sin perfume. En el caso de las pieles que son más secas, evitar todos los productos de limpieza que hagan espumas, como los geles”.

 En cuanto a los tratamientos, Francisca Fernández señala que lo mejor es una limpieza con hidratación  y tratamientos que estimulen la producción de colágeno, porque es una molécula con gran capacidad de retención de   agua, por lo tanto favorece la hidratación profundamente.

Estos tratamientos tienden a ser un poco más agresivos o requieren evitar la exposición a RUV, por lo que el invierno es la mejor época del año para realizarlos.

 El colágeno que está en las cremas, es un ingrediente que hidrata la piel pero sólo superficialmente,  al ser una molécula de gran tamaño, no es capaz de penetrar profundamente.

 Una de las técnicas aplicadas para estimulación de producción de colágeno,  es  el fotorejuvenecimiento facial con  la luz pulsada intensa, que permite tener numerosas aplicaciones clínicas otorgando una mejoría global y uniforme de la piel y logrando tratar arrugas finas, mejorar apariencia de poros dilatados, disminuir aspecto rojizo de la piel  y otorgar firmeza .

 Otra de las alternativas es la mesoterapia; consiste en microinyecciones de  principios activos  en concentración máxima,  logrando un efecto directo y específico en la zona tratada, aumentando así su eficacia y rapidez de acción. “Se realiza con ingredientes hidratantes como el ácido hialurónico y generalmente va asociado a antioxidantes, vitaminas y coenzimas…Se inyecta directamente en la piel en cantidades muy pequeñas, lo que mejora mucho la hidratación, salud  y luminosidad de la piel”, puntualiza la cosmiatra.