La pandemia nos ha puesto a prueba a todos y especialmente a los emprendedores, como a la dueña y creadora de Alacena de la Tuca, la cual busca ser un punto de encuentro de distintos creadores.  A ellos les invita a confiar en que el trabajo rinde frutos y a seguir poniendo “power y corazón”.

Por Rebeca Ubilla M.

Tras 20 años de trabajo en Recursos Humanos de Latam, Amalia Echegaray -secretaria de profesión y con 4 hijos- decidió dar rienda suelta a su pasión por la restauración y lo hecho a mano, gusto que le viene de su lado materno, y fundar en el 2017 la Alacena de la Tuca (Ig:@alacenatuca), un lugar de encuentro de emprendedores, talento y de creatividad.

Hoy, como todos los emprendedores, ha sufrido los embates de la pandemia por coronavirus que ha transformado su habitual trabajo y la ha llevado a reinventar y reforzar las formas de llegara sus clientes. Aquí su historia!

-¿Qué te hizo dejar tu trabajo de años por emprender?

-Principalmente el hecho de que después de 20 años de pasión, entrega, servicio y aprendizaje en Latam, creí que era el momento de estar en mi casa. Eso fue el detonante más importante, sumado al hecho de que con todo el proceso de fusión con TAM  en 3 años tuve 6 jefes distintos y el desgaste emocional de eso fue muy complicado, porque las definiciones se tenían que tomar en un ámbito corporativo muy complejo, respetando culturas de distintos países…. Cuando no estaban esas jefaturas que me acompañaban en mi forma de trabajar y yo ya no era la persona que fui cuando más chica,  y tenía menos niños y ahora no podía tener la flexibilidad decidí que era el momento. Mi salida fue planificada, no tan dramática, aunque siento hasta el día de hoy la ausencia de la vorágine maravillosa que tienen las líneas aéreas, por lo que Latam siempre va a estar en mi corazón.

-Entonces querías conciliar trabajo y familia…

-La principal razón fue conciliar trabajo y familia y salir era la única manera de poder hacerlo sin afectar decisiones más transversales. Era un momento en que no era posible tener trabajos más flexibles, con más home office  como es hoy. Hoy me parece increíble que ya sea lo normal… Se comprueba que (el trabajo desde casa) se puede cuando hay personas comprometidas, jugadas en que da lo mismo donde uno esté porque el tema se va a hacer igual.

-¿Cómo nace la Alacena de la Tuca?

-Siempre me gustó todo lo relacionado con objetos, reutilizar, rescatar y creo que es algo que viene de mis raíces. De ver a mi mamá siempre con un vidrio raspando la madera para ver qué había debajo, mover los elementos pero de manera diferente, con toque teatral y valorar los materiales nobles como cobre, madera, cestería… no necesariamente cosas caras, sino que tuvieran un peso por si mismo. Hay una influencia muy grande de mi mamá y de su entorno y de sus amigas que con poca plata podían armar cosas lindas. Mis abuelos también tenían mucho amor por el arte, por los libros y eso se va transmitiendo.

-¿Y el concepto de Alacena?

-Alacena tiene que ver con esos muebles de cocina chilena que tienen de todo, desde una aguja para bordar hasta una pintura, o velas y detalles lindos, de ahí viene el nombre. Y “tuca” es como me dicen y así me puso mi papá, más bien de “pituca” por vivir entre puros hombres.

¿Cómo defines a la Alacena de la Tuca?

-Cuando partí escribí un brief y el tenía que ver con ser un punto de encuentro para artistas emergentes, donde se pudieran exhibir trabajos míos y de otras personas, donde se pudiera desarrollar talentos y donde se posibilitara hacer intercambio por trueques o compras de lo que se pudiera ofrecer. Por esto, para mi la Alacena es un punto de encuentro.

-¿Estableces alianzas con otros emprendedores?

-Algo que me gusta a mi es trabajar en equipo y el lograr buscar, seleccionar y convocar a personas que tengan talentos diferentes para poder ofrecerlo a los clientes es fantástico. Esto, porque les da la oportunidad de que se desarrollen en sus talentos y aprovechen la vitrina que ya tiene la Alacena -que posee sus seguidores fieles.

Para ellos, busco elementos distintos innovadores, donde haya mano de obra y lo principal sea lo hecho a mano y para eso busco e invito harto. A veces resulta, a veces no… Hay cosas de personas del sur, norte y Santiago.

 Pero soy yo la que convoca y a veces veo que no todos están en ese ritmo de querer hacer alianza, quizás hay desconfianza y que es natural que exista, porque no es fácil hacerla. Hay que ser ordenado y de repente hay heridas, malos entendidos. Por eso, mientras más claro uno sea, mejor. Esto lo va haciendo la experiencia…. La invitación es a sumarse, me contactan y yo lo cuento de qué se trata!

-¿Cómo ha sido este tiempo de emprender en tiempos de pandemia?

 -Es un desafío para todos, he visto la magia del reinventar, de la creatividad,  la explosión  de formas diferentes de hacer las cosas, de rescatar lo que uno tiene a mano y de mirar las cosas con otros ojos y creo que  lo principal, al menos -en mi ámbito-  tiene que ver con que ya no pude ir a pintar a las casas de clientes y pinto muebles en mi casa, para no exponer a otros y no exponerme.

Tampoco he podido hacer talleres presenciales, lo echo mucho de menos y no tengo el tiempo de hacer un taller on line o videos pero creo que ya tendrá su tiempo. He tenido que reinventarme y promover el “hazlo tu mismo”, para lo que enviamos a casa pinturas barnices y brochas para que cada uno haga sus cosas.

Ha sido bien impresionante ver que las personas en este tiempo han mirado mucho más sus casas y han decidido ponerle más corazón, porque la vida misma es tan rápida que para muchas personas su vida en su casa era de alojamiento y hoy la quieren renovar, poner cariño y detalles.

 -¿Algún mensaje que quieras dar?

Si uno quiere uno puede darle una vuelta a la vida… decir no me voy a enfrascar en el problema y voy a sacar algo en limpio… confiemos, pongámosle power, trabajar rinde frutos, y el que pone corazón siempre va a salir adelante!

 Instagram: @alacentuca