En esta etapa” es esperable que surjan conductas o estados emocionales como ansiedad, irritabilidad, mayores tiempos de silencio, desear estar más tiempo conectados con amigos y de forma privada”, señala Karen Cristi, Psicóloga infanto-juvenil de Vidaintegra.
Por Rebeca Ubilla M.
De que la actual pandemia por coronavirus nos ha puesto a prueba no cabe duda y en este contexto nuestro rol de padres también ha enfrentado nuevos retos. Dentro de ellos, la relación con los adolescentes es quizás una de las más desafiante, ya que como sabemos, es una edad muchas veces complicada para ellos y para nosotros. Por esto quisimos saber como aprender a manejarlos en las actuales circunstancias, de manera de que ellos se sientan apoyados y contenidos y nosotros no sobre exigidos. Para ello conversamos con Karen Cristi, Psicóloga infanto-juvenil de Vidaintegra.
-¿Cómo podemos apoyar a los adolescentes en cuarentena?
Apoyar implica colaborar en el desarrollo de algo, y cada padre o cuidador conoce -aunque a veces no lo crea- como apoyar a su hijo. Para algunos jóvenes la cuarentena ha significado la oportunidad de compartir con su familia, como jugar cartas, cocinar, ver películas, dormir y a ratos resolver guías. Otros en cambio, han vivido la cuarentena como un doble encierro, ya que se han confinado en sus piezas, como una forma de aliviar la tensión de la ansiedad que les provoca no tener su rutina, es decir, compartir con amigos, pololear, salir a caminar y buscar el mínimo de exigencias y el máximo de satisfacciones.
En la etapa de la adolescente el entorno social es protagónico, la aprobación y reconocimiento de sus pares pasa a ser muchas veces más importante que la opinión de sus padres. Por esto cada papá o mamá debe distinguir qué tipo de hijo adolescente tiene, y desde ahí brindar el apoyo, conocer lo que le gusta, las actividades que extraña y ayudarle a lograrlas en este proceso de cuarentena. Sin embargo, las horas de alimentación y sueño deben respetarse, ya que puede provocar insomnio o alteraciones en estos hábitos.
Se sugiere que el adolescente proponga los horarios de sus actividades, como una forma de conocer lo que él o ella piensan y quieren para sí mismos, y desde ahí negociar y llegar a acuerdos.
-¿Qué es normal que muestren?
–Es esperable que surjan conductas o estados emocionales como ansiedad, irritabilidad, mayores tiempos de silencio, desear estar más tiempo conectados con amigos y de forma privada.
Se recomienda acoger la ansiedad, por medio de una escucha activa, es decir que el adolescente sienta que el otro desea estar ahí. Acercarse, conocer, preguntar, y luego comentar, ya que son los padres los que deben regularse y contener.
En relación a estar conectados a los celulares, muchos padres pasan bastante tiempo también conectados, pero critican cuando los hijos lo hacen; por lo tanto, si se pide algo, es crucial que el mensaje sea congruente con las actitudes y conductas de cada mamá o papá.
-En el caso de la actividad escolar ¿Qué se les puede exigir y que no?
-Este año escolar probablemente será recordado como el año de la asistencia virtual, lo sorprendente de la tecnología, y del reconocimiento de la importancia de un profesor, ya que está ocurriendo que se introduce mucha información, pero pocos espacios para respuestas.
En base al conocimiento que cada familia tiene de su hijo, podrá pedir, en otros casos negociar el tiempo que se le dedicará a los estudios, matizando espacios de aprendizaje con actividades de recreación, y preguntándoles cómo se sienten en esta nueva modalidad.
Se sugiere no rigidizar rutinas e intentar ser flexibles, ya que estamos viviendo en un presente lleno de dudas, por lo que el mañana es un misterio.
-En el caso de los que deben rendir la PSU este año ¿Cómo manejar sus temores de todo lo que vivimos?
-Es tremendamente importante tener en cuenta que las fechas y formas de evaluar, como pueden cambiar. Debido a la contingencia, todos los procesos académicos están sufriendo modificaciones, por lo que la preparación para un ingreso en la educación superior podrá variar, pero no así los conocimientos. Estos permanecerán y además el adolescente sentirá que tiene una actividad fija y que da continuidad a sus proyectos.