Aunque la vacuna puede tener leves reacciones adversas, la vacuna es segura para la salud humana y un avance en materia de salud pública, afirma la Dra. Nelly Baeza.
Santiago, octubre de 2016. Tras diversos cuestionamientos y acciones judiciales para evitar la aplicación de la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) ocurridas en los últimos días en el país, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reiterado que ésta es segura.
De hecho, según la OMS, vacuna es utilizada desde hace 10 años en Latinoamérica y han sido inoculadas más de 200 millones de personas sin efectos secundarios.
La Dra. Nelly Baeza, médico salubrista y coordinadora del Programa de Salud Pública de la Universidad Central, coincide con la seguridad de esta vacuna, en contraposición con los padres que han recurrido a tribunales por sus eventuales efectos secundarios.
“El movimiento antivacuna, incluso en el caso del VPH, atenta contra la salud pública, ya que cada persona forma parte de un ecosistema y sociedad. Las personas que no se inmunizan son susceptibles de contraer la enfermedad y mantienen la presencia de ésta en su comunidad. Para la población que no puede inmunizarse debido a que presenta una enfermedad de base o secundaria, una afección infecciosa puede significarle la muerte; es por ello que cuando nos rehusamos a vacunarnos, no sólo decidimos por nosotros”, explica la facultativa.
Entre las reacciones adversas leves de la vacuna pueden estar: dolor en el lugar de la punción, enrojecimiento, hinchazón, fiebre, dolor de cabeza, náuseas, dolor muscular o articular, las cuales, a juicio de la Dra. Baeza, son esperables como todo producto, “las que no deberían extenderse más allá de 2 a 3 días”.
La vacuna contra el VPH, actualmente, se enmarca en el protocolo de vacunación obligatoria dispuesta en Chile para prevenir el cáncer cervicouterino.