• Las fracturas de antebrazo, cadera y húmero son las más comunes en adultos mayores, debido al reflejo de protección que una persona ejerce al caer.
  • Una forma de prevenir este tipo de fracturas es ejercitando constantemente, pues ayuda a las personas mayores a mantener el equilibrio y a acumular calcio en los huesos.

 

Santiago, Julio de 2014.- Para la tercera edad, las caídas están asociadas a una elevada morbimortalidad. Según datos de departamento de Geriatría de la Universidad Católica, en nuestro país los accidentes y traumatismos  ocupan el sexto lugar como causa de muerte en el adulto mayor (*). Aproximadamente el 10% de las caídas conducen a fracturas, siendo las más frecuentes antebrazo, cadera y húmero.

Y es que, a mayor edad, más riesgo de caídas, y cuando se cae una vez, hay mayor riesgo de caer nuevamente.  Estudios señalan que la incidencia anual de caídas se incrementa conforme la edad: entre los adultos mayores jóvenes -de 60 a 75 años- la prevalencia es de 25% y llega al 45% en edades más avanzadas (**). Además, cada vez que un mayor cae, es necesario considerar el síndrome post caída –miedo a volver a caer-, el cual puede llegar a incapacitar a la persona.

“Se debe tener muy presente que una caída puede ser consecuencia de algún problema o patología subyacente, por lo tanto, aunque la persona no haya tenido ninguna lesión aparente, siempre debe buscarse y tratar la causa real para evitar la nueva ocurrencia de ésta”, afirmaMauricio Lorca, Kinesiólogo y Coordinador de la Unidad de Kinesiología de Seniority Chile. “Para prevenir las caídas, es ideal realizar los ejercicios apropiados para la tercera edad, pues  favorecen la absorción de calcio a nivel de los huesos y , sin duda, el ejercicio ayudará a mejorar el equilibrio. Un adulto mayor sedentario es más propenso a generar osteopenia – es decir, disminución en la densidad mineral ósea-, favoreciendo la ocurrencia de fracturas”.

¿Cómo prevenir y cuidar?

El profesional de Seniority afirma que los factores de riesgo se dividen en tres:

  1. Intrínsecos: corresponde a las características propias de la persona, es decir, condición de salud y funcional (baja visión, trastornos del equilibrio, uso de medicamentos, entre otros).
  2. Extrínsecos: corresponde a las características del ambiente (barreras arquitectónicas, suelo irregular, presencia de obstáculos u otros).
  3. Circunstanciales: corresponde a la actividad que realiza la persona (por ejemplo, cruzar la calle corriendo, levantarse en la noche, etc.)

La ocurrencia de alguno de estos factores de riesgo no es excluyente, y pueden existir una o más  simultáneamente.

Mauricio Lorca señala que es primordial observar y evaluar si existe alguna lesión o complicación de gravedad. “Si se ha golpeado la cabeza, existe alguna deformidad o dolor muy fuerte, debe ser evaluado por un médico para descartar alguna lesión que pueda hacerse más compleja, tales como fracturas, hemorragia subaracnoidea, embolia grasa, entre otras”.

Recomendaciones para evitar fracturas en la tercera y cuarta edad:

 

ejercicios adultos

  • Realizar actividad física
  • Consumo de Calcio (2 vasos de leche diarios o sus equivalentes lácteos).
  • Evaluación por un médico para control de medicamentos y/o ingesta de suplemento de calcio.
  • Control de factores de riego:
    • Mantener pisos limpios y sin obstáculos
    • Instalar barandas en pasillos, escaleras, baños y duchas.
    • Utilizar camas no muy altas
    • Optimizar ubicación de muebles mal ubicados
    • Usar ropa y calzado apropiado
    • Correcta iluminación de los espacios.
    • Ojalá contar con escaleras de escalones anchos y no muy altos.