Con la promulgación de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor, conocida como Ley del Reciclaje, se busca aumentar en un 30% la tasa de reciclaje del país. Un punto trascendental es que serán las mismas empresas productoras las que tendrán la responsabilidad de organizar y financiar los sistemas de gestión para la recuperación de residuos. Expertos del tema explican cómo se puede hacer de una manera económicamente sustentable.
Chile produce 17 millones de toneladas de residuos al año, de las cuales el 90% termina en vertederos. Para subir la tasa de 10 a un 30% de reciclaje del país, es que el Gobierno promulgó la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor que, como su nombre lo dice, le entrega la responsabilidad a las empresas de preocuparse de que sus productos sean reutilizados. Hasta el momento, la norma se centra en seis productos prioritarios para el reciclaje: aceites lubricantes, artículos eléctricos y electrónicos, envases y embalajes, pilas, baterías y neumáticos.
El proceso de reutilización de los desechos obligará a los fabricantes e importadores de los productos a crear y financiar sistemas de gestión para la recuperación de los residuos. Si no cumplen con ello y las metas fijadas por el Gobierno, se exponen a multas de 5.400 millones de pesos. ¿Cómo lograrlo?
“Dado que las empresas con fines de lucro necesitan tener ingresos y utilidades, el proceso de medición y de reciclaje, así como su comercialización, tiene que ser sustentable, no solo con el medio ambiente, sino también económicamente. Por lo tanto, existen tres grandes grupos de soluciones que se pueden aplicar. El primero de ellos es la medición y la mitigación: lo que no se mide no se puede manejar. Y la mitigación implica disminuir el impacto tanto de esa basura como de la emisión de CO2. Por otro lado, hay que analizar cuál es el impacto medioambiental de esas soluciones que estamos dando y cómo podemos aportar además socialmente con ello. Estas dos variables, junto con una comunicación de lo que la empresa hace, entrega la posibilidad de comunicar y explicar que su mensaje verde es realmente verde”, explicó Felipe Zegers, Co-Fundador de Marketgreen.
De las 17 toneladas de basura que se producen al año en Chile, 6,5 provienen de residuos domiciliarios, lo que da cuenta que el consumidor no se hace cargo de sus residuos, por lo que con esta nueva ley son las empresas las que deben crear un sistema que asegure el reciclaje de sus productos.
“Desde la posición de la industria, somos nosotros los que ponemos al mercado una cantidad de material (cifra que deberá ser reportada al Ministerio del Medio Ambiente), y es el consumidor quien se lo lleva y no recicla. Por ello, para cumplir con la nueva ley, sería una buena iniciativa hacer que sea el mismo cliente quien devuelva el producto una vez usado y fomentar para que lo haga efectivamente. Hoy en día es difícil encontrar materiales más sustentables, por eso el desafío es dar más soluciones y tener disponibilidad para la reutilización y el reciclaje. Junto con ello, hacemos un llamado a que los consumidores escojan productos con envases y embalajes amigables con el medio ambiente”, indicó Natalia Silva, Gerente de sustentabilidad de Unilever, una de las empresas que entrega sus residuos de campañas de vía pública realizadas con PVC a Marketgreen.
Reciclar el marketing publicitario
Sólo una campaña publicitaria en la vía pública emite 13 toneladas de CO2 al medio ambiente. Y al año, una marca puede dar 50 toneladas de plástico con tinta a los vertederos. Esos paneles que se cuelgan en diferentes lugares de la ciudad, como los paraderos de transporte público, necesitan además materiales como el PVC, que tampoco son amigables con el medio ambiente, ya que necesitan 500 años para degradarse.
Para reducir ese impacto, es necesario que las empresas realicen un “marketing limpio”, es decir, que una vez que la campaña termine, ese material no vaya a parar a la basura. Una de las empresas que ofrece una de las soluciones a ese problema es Marketgreen, que se encarga de reunir todos los avisos publicitarios repartidos en las calles de las empresas que lo contraten (como Falabella y Unilever) y reutilizan el material, transformándolo en rollos negros para venta para la construcción (como cierres perimetrales), fundas y mallas para elementos deportivos (como tabla de surf), entre otros objetos.
“El producto que surge de la recopilación de materiales publicitarios es de alta resistencia y calidad, además de ayudar al medio ambiente. Tiene un alto índice de resistencia mecánica a la tracción, corte y rasgado. Es un material con fibras tramadas de poliéster como un tejido. Es resistente a los rayos UV, a altas cargas de sol y temperatura, 100% impermeable y es ignífugo, es decir, resistente al fuego y a la combustión”, describió Felipe Zegers.
Además, el trabajo de recopilar y transformar los desechos del marketing en un nuevo producto genera nuevos empleos y tiene un gran impacto social. “Este material puede transformase en una nueva y tremenda solución social. Es decir, personas de bajos recursos pueden elaborar productos con este nuevo material y comercializarlos, generando ingresos. Por ejemplo, una señora que está en su casa y que no puede salir de ella porque tiene que cuidar de sus hijos, puede trabajar con este material y confeccionar productos, ayudando al mismo tiempo al reciclaje”, explica el co-fundador de Marketgreen.
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