• En Chile, el 20% de la población padece de algún tipo de enfermedad relacionada a esta glándula, las cuales se pueden controlar con un diagnóstico y un tratamiento oportuno. La Dra. Dina Schachter, endocrinóloga de Clínica Santa María, explica en qué consisten estas patologías y cómo combatirlas.

La tiroides es una glándula ubicada en la parte anterior al cuello y es la responsable de la producción de hormonas que controlan el metabolismo, el equilibrio cardiovascular y el crecimiento del organismo.

Los trastornos que afectan la glándula son cada vez más comunes en Chile, provocando una serie de enfermedades que si bien no todas son graves, son importantes de detectar a tiempo para evitar problemas más serios de salud.

“El 20% de la población padece de alguna de estas enfermedades y aunque no hay una explicación concluyente respecto a su causa, existe la certeza de que con un diagnóstico oportuno y un tratamiento adecuado es posible controlarlas y sanarlas”, explica la Dra. Dina Schachter endocrinóloga de Clínica Santa María.

Además, enfatiza la especialista, en el caso de las mujeres embarazadas es de vital importancia chequearse, ya que, hasta el cuarto mes de gestación el feto carece de tiroides y depende de la glándula de su madre.

Por eso es fundamental un diagnóstico acertado del problema para tratarlos a tiempo. La Dra. Schachter explica que existen básicamente tres enfermedades vinculadas a la tiroides: hipotiroidismo, hipertiroidismo y nódulos cancerígenos.

Hipotiroidismo

Este trastorno, que afecta al 5% de la población –principalmente a mujeres– está vinculado a la insuficiencia de la hormona T4. Con la edad aumentan las posibilidades de padecerlo.

La Dra. Dina Schachter señala que los síntomas de esta enfermedad son principalmente:

  • Cansancio y debilidad
  • Depresión
  • Intolerancia al frío
  • Aumento de peso
  • Sequedad de la piel y el cabello
  • Estreñimiento
  • Menstruación irregular

La endocrinóloga explica que, debido a que estos síntomas no son exclusivos del hipotiroidismo, el diagnóstico depende de un examen de sangre que indique un nivel elevado de TSH y uno bajo de T4.

“El tratamiento es fácil y de bajo costo: Se reemplaza la hormona que la tiroides no es capaz de producir por una sintética y se controlan los niveles ajustando la dosis”, explica la Dra. Schachter.

Hipertiroidismo

Esta enfermedad se produce por un exceso en la producción de hormonas tiroideas y su diagnóstico se realiza a través de exámenes de sangre. Los síntomas son:

  • Pérdida de peso
  • Ansiedad e irritabilidad
  • Taquicardias y palpitaciones
  • Bochornos, sudoración e intolerancia al calor
  • Cansancio y debilidad
  • Diarrea o deposiciones más frecuentes de lo habitual
  • Insomnio
  • Pérdida de cabello
  • Menstruación irregular

La endocrinóloga destaca que para combatir esta enfermedad hay tres tratamientos posibles: Fármacos, yodo radioactivo y/o cirugía, lo cual producirá una disminución de hormonas tiroideas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que ninguno de estos tratamientos es 100% efectivo.

Nódulos

Un nódulo es una masa de tejido tiroideo, esta enfermedad es muy frecuente, presentándose en el 10% de la población, del cual la posibilidad de que sea cancerígeno es del 8% en hombres y un 4% en las mujeres.

“Generalmente estos nódulos pueden no presentar síntomas, pero a veces, al ser de mayor tamaño, puede causar dolor o ronquera e incluso dificultar el tragar o respirar”, afirma la especialista.

En lo que respecta al diagnóstico, si el médico detecta un nódulo durante un examen físico (palpación del cuello) ordenará pruebas sanguíneas para chequear el funcionamiento de la tiroides. Existe además la llamada ecotomografía tiroidea, que indica la presencia de estas protuberancias, permitiendo hacer un seguimiento de su crecimiento.

El tratamiento cuenta con distintas opciones dependiendo de las características del nódulo. Si es cancerígeno se recomienda la extirpación o tratamiento con radioyodo y en el caso de que sea de grandes dimensiones, se requerirá también una cirugía.

“Esta enfermedad tiene un muy buen pronóstico: Más del 95% de los adultos con este cáncer sobrevive a la enfermedad”, finaliza la especialista.