Llegó el mes de marzo y con él las primeras tareas y pruebas. ¿Cómo estudiar para tener un buen resultado en el colegio o la universidad? Existen diversas formas para adquirir el conocimiento teórico, pero es difícil saber cuál es la más efectiva en cada caso. Una psicóloga entrega tips para elegir la mejor estrategia de estudio.
Si la vuelta al colegio o universidad pudo haber sido difícil, estudiar para la primera prueba del año puede serlo aún más. Al retomar el ritmo académico, a muchos alumnos les cuesta volver a los libros y cuadernos y comenzar una tarde de estudio. La buena noticia es que este comienzo de año es la oportunidad perfecta para preguntarse si se está utilizando la mejor estrategia de aprendizaje o no.
Y es que subrayar a la rápida algunas líneas y destacar fechas y nombres al azar, suelen ser técnicas que se hacen de manera automática, pero que no necesariamente contribuyen a aprender realmente la materia que se necesita. “En el ámbito educacional se distingue entre técnica y estrategia de estudio. La técnica se puede aplicar en forma bastante automática, sin que necesariamente el estudiante tenga un objetivo de aprendizaje. En cambio, la estrategia sí implica tomar una decisión consciente que considera objetivos definidos, al seleccionar un conjunto de recursos o técnicas que permitirán alcanzar la meta propuesta”, explica Marcela Zubiaguirre, psicóloga de la Dirección de Asuntos Estudiantiles de la Universidad del Pacífico.
Según la especialista en estrategias de estudio, lo más importante es conocerse a sí mismo, es decir, identificar qué forma de aprendizaje acomoda más, los tiempos de concentración, etc., además de tener en cuenta las exigencias del profesor en particular, los tipos de pruebas que realiza, etc.
“Para que una persona elija la mejor estrategia para estudiar debe definir el objetivo que quiere y requiere cumplir; conocer sus características personales, como los estilos de aprendizaje que prefiere, las horas en que siente que funciona mejor, cuáles técnicas le parecen más atractivas, entre otras; y las del contexto, es decir, aquéllas que tienen que ver con las exigencias del evaluador, como si las tareas son ‘para la casa’ o de resolución en clases, si se fomenta el trabajo en equipo o entregas individuales, si las evaluaciones son calendarizadas o sorpresas, etc. Una buena estrategia debiera considerar estos factores, ya que el aprendizaje es un proceso que se trabaja y construye”, recalca.
Según la experta, una estrategia de estudio puede servir para una materia en particular, pero no para otra. Es diferente rendir un examen de matemáticas que de lenguaje, y por ello la estrategia a utilizar debe ser distinta. “No está predefinido qué estrategia es mejor, sino que sus beneficios estarán determinados según las variables. Por ello es altamente probable que la misma estrategia no rinda los mismos frutos para cada materia, sino que requiera modificaciones dependiendo de factores como la motivación, características de la tarea, facilidades que haya desarrollado el estudiante, etc.”, ejemplifica Zubiaguirre.
En general, cuando es difícil estudiar en solitario, ya sea porque la persona se distrae rápidamente o porque la materia es complicada, se busca un grupo de estudio, que a veces no logra su objetivo al perderse en conversaciones triviales alejadas de la materia a aprehender. Pero, ¿sirven realmente los grupos de estudio?
“Estudiar en grupo tiene aspectos muy positivos, como el tener un espacio para plantear puntos de vista y dudas, y escuchar a otros y debatir, pero si no tienen metas claras y comunes puede derivar en un espacio de discusión que no llega a conclusiones efectivas o, al contrario, en un espacio social donde no se avance académicamente. Otro punto a considerar es el nivel de conocimiento de cada uno de los integrantes. En general, se recomienda que cada alumno al menos revise la materia en forma individual y luego, con algún grado de conocimiento, participe en el estudio grupal. Pese a ello, un grupo muy bien organizado y con metas claras podría no requerir eso de sus participantes”, aclara la especialista.
Para los más pequeños
A los niños que están en las primeras etapas escolares los padres deben ayudarlos a estudiar, introduciendo así las primeras técnicas y estrategias de aprendizaje. Lo ideal es que dejen al pequeño conocer estos diferentes formatos y darles de a poco la responsabilidad del estudio a ellos.
“Es muy positivo que desde pequeños los alumnos puedan desarrollar la habilidad de planificar sus recursos, lo que les permitirá optimizarlos y cumplir sus metas. En un comienzo serán los adultos quieren indicarán maneras de hacerlo y luego los trabajarán el conjunto para que pueda ir aprendiendo a realizarlo por sí mismo”, indica la psicóloga clínica.
Los padres generalmente plantean horarios de estudio fijos, creyendo que con esas medidas los pequeños asimilarán mejor la estructura de una vida escolar. ¿Cuántas horas al día debe estudiar un niño?
“Un buen horario debe definirse en función a las características de la persona que lo usará y al servicio de ella, según las características del contexto en que se desenvuelve. Desde ese punto de vista, dificultad para el estudiante u horarios de salida”, concluye Marcela Zubiaguirre.
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