Hernia inguinal, incisional, umbilical son algunas de las que hemos escuchado hablar, pues cada día de manifiestan más. Pero, ¿qué sabemos sobre hernia del núcleo pulposo? El Dr. Octavio Arriagada, neurocirujano de Clínica Ciudad del Mar, explica de qué se trata, cuáles son sus síntomas y cómo podemos diagnosticarla a tiempo.

La hernia del núcleo pulposo es una lesión que afecta a un ligamento que se ubica entre las vértebras, llamado disco intervertebral lumbar. Se caracteriza por un dolor de espalda intenso, aunque algunas veces puede presentarse con dolor ciático, que es aquel que se irradia hacia la extremidad inferior. Asimismo, existen personas a quienes se les manifiesta de ambas formas.

Sumado a lo anterior y de manera excepcional, puede ir acompañado de algún síntoma neurológico deficitario, como falta de sensibilidad en un segmento de la extremidad y/o falta de fuerzas, predominantemente, a nivel de la movilidad del pie. En estos casos, y por sobre todo si se asocia a falta de control del esfínter urinario, manifestado con retención de orina, se recomienda que la persona sea evaluada con urgencia en un servicio de salud.

Las causas de esta patología suelen ser multifactoriales y tal como lo indica el neurocirujano Octavio Arriagada, puede deberse al componente genético que se asocia a la formación o producción de hernias, debido a la calidad de los tejidos propios de cada persona. “Hay un elemento muscular que afecta a los hombres y mujeres que poseen una menor resistencia en el tronco y que están relacionadas con malos hábitos de postura y esfuerzos mal hechos”, explica el especialista.

Este tipo de hernias se presenta con una ligera mayor frecuencia en el sexo masculino y puede afectar a toda la población adulta desde los 17 años, aunque el “peak” de presentación se produce alrededor de los 40 años.

Diagnóstico y tratamiento

Una entrevista con el paciente y a un examen físico, pueden diferenciar una hernia del núcleo pulposo de otras patologías que tienden a presentar los mismos síntomas. Sin embargo, un scanner de columna lumbar o una resonancia magnética, serán fundamentales para confirmar el diagnóstico y determinar si estamos ante la presencia de una hernia de esta índole, que en la mayoría de los casos, se produce en los dos últimos discos de la columna.

El tratamiento para esta patología consiste en el uso de analgésicos y antiinflamatorios, los que muchas veces pueden acompañarse de algún medicamento con efecto relajante muscular. Asimismo, puede agregarse reposo relativo, consistente en evitar la actividad física. En aquellos casos en que el dolor se vuelva invalidante, la alternativa será el reposo laboral, que dependerá de las actividades a las que esté sometido el paciente.

“Las indicaciones deberán considerarse en un lapso de dos a tres semanas. Posterior a ello, el médico tratante realizará un control para observar la evolución del dolor y evaluar si existe una respuesta satisfactoria ante el procedimiento”, indica el Dr. Arriagada.

Así, atendiendo a la respuesta del paciente, la intensidad del dolor y la presencia de signos de déficit neurológico, el profesional determinará si es necesario realizar intervención quirúrgica, cuyo principal objetivo es aliviar el dolor sintomático.

Es importante señalar que la operación consiste en una microcirugía para retirar el material discal que comprime e inflama el nervio, limpiando el núcleo del disco intervertebral.

Por lo mismo, es esencial tomar ciertas medidas de prevención básicas, tales como disminuir las cargas pesadas, tener buenos hábitos de postura, realizar actividad física de manera regular y evitar el sobrepeso. “Estas indicaciones ayudan a disminuir la aparición de hernias, de modo que tener un estilo de vida saludable, con ejercicios y una correcta alimentación, es lo necesario”, puntualiza el neurocirujano de Clínica Ciudad del Mar.

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