Los tratamientos para recuperar la piel van desde hilos en malla, a láser e inyección de vitaminas.
Si al terminar el verano la tentación por tomar sol se refleja en el rostro, hoy existen nuevas técnicas para reparar el daño causado. Según la doctora Claudia Avaria, directora de Clínica Avaria, la exposición solar desprotegida y prolongada destruye las fibras de colágeno y elastina que otorgan firmeza y elasticidad a la piel, lo que trae como consecuencias en el mediano y largo plazo flacidez facial y formación de arrugas finas.
Asimismo, los rayos ultravioleta dañan las moléculas de ácido hialurónico que cumplen la función de captar y retener agua para mantener hidratada la piel, por lo que ésta sufre resequedad y el surgimiento de arrugas por deshidratación.
También el sol estimula a las células melanocitos de la piel a producir con mayor intensidad el pigmento café melanina, lo que genera también manchas superficiales conocidas como lentigos solares y aumenta la coloración de manchas profundas o melasmas, que ensucian el rostro.
“Actualmente hay más conciencia sobre la necesidad de protección ante el sol, pero los veraneantes no son tan estrictos y habitualmente olvidan reponer el bloqueador cada dos o tres horas. Y distraídos por múltiples actividades, tampoco beben la suficiente cantidad de agua para mantener hidratada la piel”, advierte la doctora Avaria.
La vuelta a la rutina, debe ser acompañada con beber alrededor de 2 litros de agua diarios. En cuanto a alimentación, es muy beneficiosa una dieta rica en vitamina A y especialmente C, que estimulan a las células fibroblasto de la piel a formar colágeno.
También hay terapias para activar la regeneración y recuperación de la piel, entre las cuales la doctora Claudia Avaria destaca:
Hilos reafirmantes: es una de las técnicas más recientes para atenuar arrugas y afirmar la piel del rostro. Consiste en la aplicación de pequeños hilos elaborados con un material conocido como polidioxanona que tiene la propiedad de estimular a las células fibroblastos de la piel para fabricar colágeno.
Los hilos se aplican formando una malla, y logran tensar, aportando firmeza y combatiendo la flacidez que provoca la destrucción del colágeno por exposición solar. Sirven para reafirmar la piel de cuello, papada, mandíbula y mejillas, por ejemplo.
Activando la formación de colágeno y elastina, también atenúan y eliminan arrugas de mejillas, zona periobicular (patas de gallo) y entrecejo.
Láser para desmanchar: el láser Q-Switched es lo más avanzado para atenuar y eliminar manchas provocadas por la exposición solar, y emparejar el tono de la piel. Actúa con haz de luz en distintas longitudes de onda según la profundidad de la mancha y emplea sonido para destruir el exceso de pigmento provocado por el sol. Al eliminarse el pigmento excedente por el organismo, desaparece la mancha.
En lentigos solares, el láser se aplica sólo en la mancha, donde se forma una costra que cae. En melasmas a más profundidad y que tienen forma difusa, el láser se aplica en todo el rostro.
Regenerar la piel: el tratamiento MesoGlow hidrata y nutre la piel. Se inyecta ácido hialurónico con alta capacidad para captar y retener agua, lo que sustituye el ácido hialurónico dañado por el sol, provocando hidratación casi inmediata y previniendo la formación de arrugas por resequedad.
También se inyectan vitaminas, aminoácidos y coenzimas como ingredientes para que las células fibroblastos de la piel fabriquen con mayor intensidad nuevo colágeno, elastina y ácido hialurónico.