A esta altura del año el cuerpo pareciera pedirnos vacaciones. Nos agobian preocupaciones y la presión final de cumplir con las metas laborales nos hacen andar más irritables, nos cuesta levantarnos y llegamos con pocas energías a trabajar. Si bien la mayoría esperamos ansiosos las fiestas de fin de año, es inevitable que la organización de  éstas y las vacaciones traigan consigo angustias que desencadenan el temido estrés, alterando nuestro organismo.

Uno de los problemas más habituales a raíz de esta situación, es la caída del cabello. Al sufrir el organismo una sensación fuerte de ansiedad, en ocasiones éste reacciona con la pérdida del pelo, principalmente por disminución en la irrigación del cuero cabelludo. El Estrés genera a su vez un círculo vicioso, por medio del cual, hace entrar en un ciclo de mala alimentación y falta de nutrientes, que alteran aún más el crecimiento de éste.

Está comprobado que en el país, los factores como el  estrés y mala alimentación estarían  adelantando la calvicie en al menos una década en  los hombres. La media de consulta está hoy en los 30 años, cuando antes era a los 40. En la práctica, 1/3 de los hombres mayores de 20 años sufre alopecia y el 80% de mayores de 35 años han adelantado su proceso calvicie. Para las mujeres, en tanto, entre un 20 y 30% de las mayores de 20 años ya la viven, cifra que  también va en aumento.

Para saber si uno es víctima del estrés de fin de año, es bueno tener en cuenta que lo normal es que haya caída al lavarlo o cepillarlo por las mañanas, con una pérdida de 80 a 100 cabellos. Sin embargo, si los pelos quedan en la almohada o al pasamos las manos por el cabello deberíamos tener preocupación. El estrés físico o emocional puede provocar en esta época la caída del pelo en un rango que va hasta tres cuartos del cabello.  Las personas empiezan a tener una caída general con algunos pelones cerca de la oreja, en círculo, arriba en la cabeza o partiendo desde la sien.

Muchas de estas caídas de pelo son recuperables, siempre y cuando sean tratadas a tiempo, razón por la cual es crucial cuando una persona comienza a sufrir de alopecia acudir a un especialista que pueda entregar un diagnóstico y una solución.

Uno de los tratamientos que ha dado buenos resultados para tratar la caída del pelo en casos de estrés es el Plasma Rico en Plaquetas (PRP), el cual consiste en extraer sangre del paciente, la cual se procesa y luego se aplica en el cuero cabelludo mediante microinyecciones. Esto logra estimular la formación de vasos sanguíneos, intensificando la irrigación, el aporte de nutrientes y oxígeno que necesita el folículo piloso para revitalizarse y detener su caída.

Una alimentación equilibrada, por cierto, en donde a través de la entrega de vitaminas y nutrientes, el paciente logre alcanzar el equilibrio necesario para continuar con una vida balanceada que lo ayude en seguir evitando su pérdida, es tremendamente importante cuando este tipo de síntomas se comienzan a ver.

Sin embargo, cuando la situación es crítica y avanzada, la única manera de resolver seriamente el problema es el implante capilar. Cada proceso de implante capilar equivale a 2 mil pelos implantados, que a su vez hace que éstos se dupliquen a 4 mil pelos. De ellos, más del 95% se mantiene. Es importante mencionar que mientras más temprano una persona que sufra alopecia acuda a tratarse este problema, mejores son los resultados, ya que ése cabello que no se cae nunca más y es lo único realmente efectivo y para toda la vida.

Por Doctor Fernando Terré, Director de la Clínica Terré.