Experto fonoaudiólogo de los centros GAES explica que los oídos sufren con las fiestas de fin de año y que con sencillas medidas de prevención se pueden evitar daños permanentes.
Sin duda los fuegos artificiales son un espectáculo imperdible, pero disfrutar en primera fila de este tipo de eventos y sentir en carne propia la vibración y el estruendo que provocan; podría terminar con un daño auditivo, que en el peor de los casos pudiera ser permanente y que mostrará su efecto en el largo plazo.
El Fonoaudiólogo Luis Ortega, responsable de Calidad, Formación y Audiología de GAES Chile; asegura que los más afectados son los jóvenes, niños y adultos mayores. “Una fuerte detonación superior a 120 decibeles puede causarnos un trauma acústico que puede derivar en serios daños en nuestro oído” El especialista explica que una conversación a un volumen normal genera 60 decibeles; la aspiradora, 70; las bocinas en una congestión vehicular, 90; un motor de avión, 120, pero los fuegos artificiales emiten entre 130 y 140 decibeles, intensidades que la OMS menciona como perjudiciales ante un evento único. “Los niños pequeños son los más afectados por una condición natural, sus oídos son más frágiles e inestables. Además son la población más expuesta a los fuegos artificiales” advirtió.
Sin embargo, todos deben cuidar la distancia que tenemos del punto de detonación del espectáculo pirotécnico, ya que mientras más lejos estemos habrá menor posibilidad de daño por ruido. Los lugares abiertos también son una ventaja versus los espacios cerrados, pues en el primer caso la lesión será menor.“Los fuegos más peligrosos son aquellos de alto impacto como por ejemplo, las bombas de luces. Es preferible actuar con seguridad y mantener las distancias, para así evitar cualquier problema debido al ruido o la posibilidad de quemaduras”.
Luis Ortega explica que además en los adultos es común que, después de las fiestas, varias personas sientan en sus oídos un zumbido, pito o sonido agudo que dificulta escuchar la voz, incluso, de quien tenemos al lado. Cuando eso ocurre, significa que el oído ha sufrido daño temporal; el que podría transformarse en permanente si la exposición es regular en el tiempo. Dentro de las primeras señales que podemos tener ante un daño auditivo, podemos enumerar:
- Si es necesario subir el volumen de televisores, radios. Etc.
- Pedir que le repitan una conversación.
- Sentir zumbidos o “pitos” en el oído.
- Dejar de percibir sonidos de baja intensidad, como el canto de los pájaros, o el sonido del viento en las hojas de los árboles.
Ante cualquiera de estas señales, se recomienda realizar un chequeo auditivo y/o una evaluación médica
Recomendaciones para este fin de año:
- Cuidar la distancia que tenemos desde el punto de detonación del espectáculo pirotécnico, ya que mientras más lejos estemos habrá menor posibilidad de daño por ruido.
- Mantener a los niños alejados, ya que ellos son la población más susceptible de sufrir consecuencias negativas.
- Preferir los espacios abiertos en lugar de los espacios cerrados
- Los tapones o un poco de algodón en los oídos de los más pequeños pueden ayudar a disipar la onda sonora (con esta precaución el ruido se puede atenuar unos 20 decibeles.
- Acudir ante un especialista ante cualquier duda sobre la calidad de la audición tras las fiestas de fin de año
Foto vía: www.batanga.com