La ilusión de tener un hijo es un sentimiento que la mayoría de las personas manifiesta en algún momento de sus vidas. En la actualidad, la decisión de embarazarse se ha retrasado, al igual que la llegada de la cigüeña. Pueden pasar meses e incluso años sin que llegue la guagua, surgiendo temores sobre si se podrá o no tener hijos, lo que genera sentimientos encontrados. En este sentido, cuando la infertilidad se hace realidad, hay que tomar medidas que ayuden a la pareja. El Dr. Aníbal Scarella, ginecólogo obstetra de Clínica Ciudad del Mar, explica de qué se trata esta patología y cómo se puede tratar.
Postergación de la maternidad, incremento de infecciones de transmisión sexual, obesidad, tabaquismo, alteraciones metabólicas, estrés y contaminación ambiental son algunos de los factores que pueden alterar la fertilidad de las personas y que deben ser tratados para conseguir un embarazo.
La infertilidad es un problema cada vez más común en la sociedad en la que vivimos. Según la Organización Mundial de la Salud, un 10% de las parejas experimentan alguna forma la imposibilidad de concebir. En Chile, se estima que un 7% de las personas son infértiles y que un 4% de ellas continua presentando problemas para embarazarse tras ocho años de vida en pareja.
Esta condición ―común en la población mundial― tiene importantes implicancias psicológicas, económicas, demográficas y médicas. Clínicamente, se define como el fracaso de una pareja para concebir después de doce meses de relaciones sexuales regulares, sin uso de métodos anticonceptivos.
“La infertilidad es un tema de salud que afecta a toda la sociedad, pues impacta la calidad de vida de las personas y genera cambios demográficos. A modo de ejemplo, en nuestro país la población se está ‘estancando’, además de que esta patología tiene una prevalencia mayor a la hipertensión”, explica el Dr. Aníbal Scarella, ginecólogo obstetra de Clínica Ciudad del Mar.
Esta enfermedad se puede clasificar en dos: la Infertilidad Primaria, que se refiere a aquellas personas que no han logrado un embarazo tras un periodo largo sin métodos anticonceptivos. Y por otra parte está la Infertilidad Secundaria, que es aquella en donde las parejas han quedado embarazadas al menos una vez, pero que ahora ya no pueden.
Cómo se origina esta condición
La infertilidad puede ser causada por muchos factores, ya sean físicos y/o emocionales, y puede deberse a problemas en el hombre, la mujer o ambos, lo que obliga a estudiar en forma simultánea a ambos cónyuges.
La recomendación a las parejas es que consulten con algún especialista se es que no logran un embarazo luego de tener relaciones sexuales sin protección durante un año. No obstante, deben realizarse pruebas antes de ese tiempo en los siguientes casos.
· La mujer tiene más de 35 años
· Los ciclos menstruales son irregulares o muy dolorosos
· Alteración del descenso o trauma testicular en el hombre
· Si existe algún antecedente médico o quirúrgico que sea sospechoso en la pareja
· Presencia de miomas, dolor pélvico y/o endometriosis
El ginecólogo de Clínica Ciudad del Mar manifiesta que desde una perspectiva médica hay cuatro grandes responsables del incremento de la infertilidad, los denominados “cuatro enemigos públicos”, que son:
Edad: Las posibilidades de concebir son inversamente proporcionales a la edad de la mujer. La fertilidad declina en forma progresiva e irreversible con el transcurso de los años. Por ejemplo, una mujer de 35 años tiene 50% de las posibilidades de tener un niño sano frente a una de 25 años.
Infecciones de transmisión sexual (ITS): Tienen un alto impacto en la salud reproductiva de quienes las presentan. La mayoría de las ITS se manifiestan sin síntomas, afectando el transporte de gametos y embriones por el tracto reproductivo.
Obesidad: Problema de salud creciente que está asociado a múltiples patologías graves. Pese a que muchas mujeres obesas conservan la capacidad de concebir, se ha determinado que el incremento patológico de grasa corporal repercute en forma importante en varios aspectos del aparato reproductor femenino.
Tóxicos: Se ha demostrado que factores como el tabaquismo, estrés, contaminación ambiental, entre otros, repercuten negativamente en la fertilidad de quienes se exponen a ellas.
Tratamientos
Dependiendo del diagnóstico de cada pareja, se pueden establecer tratamientos curativos, como cambios en el estilo de vida, regulación de la frecuencia coital, compensación metabólica o una cirugía. En otras ocasiones, se opta por tratamientos que logran abordar la infertilidad, pero sin curarla.
“El manejo de los pacientes infértiles debe equilibrar la eficacia, costo seguridad y los riesgos de las alternativas de tratamientos diferentes. El enfoque de cada procedimiento debe ser individualizado para cada pareja y así lograr los resultados esperado”, indica el Dr. Aníbal Scarella.
Cuando no hay respuesta ante los procedimientos efectuados, se aborda la posibilidad de una cirugía en la mujer o de hombre y que pueden ser de baja o alta complejidad.
Las técnicas de baja complejidad (BC) comprenden el coito dirigido y la inseminación intrauterina. Además, pueden complementarse con estimulación de la ovulación. Los procesos de alta complejidad (AC), en tanto, comprenden aquellas técnicas en que se realiza la manipulación in-vitro de los ambos gametos masculinos, femeninos, o de los embriones.
“Los resultados de los tratamientos de fertilidad va a depender de variables como la edad de los pacientes, el diagnósticos y las patologías concomitantes. Sin embargo, en términos generales, 9 de cada 10 parejas podrán lograr un embarazo con algún tipo de tratamiento reproductivo”, declara el especialista de Clínica Ciudad del Mar.
Desde el año 2010, la Infertilidad es reconocida como una patología o enfermedad, lo que obliga a los sistemas de salud a darle cobertura y tratamiento.
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