· Los cuidados alimentarios de la mujer previos al embarazo y durante su curso, colaboran en que su hijo consiga la máxima expresión de todas sus potencialidades genéticas. Por ello, especialista en nutrición de la Universidad del Pacífico indica cuáles son las necesidades nutricionales durante este período y advierte que estas aumentan en las madres mayores de 40 años.
Lo que una madre coma, o deje de comer, incluso antes del embarazo, será clave para el desarrollo del niño por nacer. Y es que tal como lo indica la docente de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad del Pacífico, Stefanie Chalmers, la ingesta nutritiva pre concepcional y la que se realiza durante el embarazo, permite la ejecución de los procesos moleculares clave para la división y diferenciación celular, así como para formar los tejidos corporales y permitir su crecimiento y desarrollo de forma adecuada.
“La alimentación de la madre es la que regula la oferta de nutrientes responsables del adecuado desarrollo del sistema nervioso, siendo esto un determinante importante de las futuras capacidades cognitivas y sensoriales del niño por nacer. De esta forma, los nutrientes se constituyen como una de las herramientas más valiosas y poderosas con las que una madre puede influir en la salud y el éxito futuro de su hijo”, asegura la especialista.
Dentro de los nutrientes críticos en esta etapa, la experta los circunscribe al ácido fólico (Vitamina B9), hierro, calcio, zinc y los ácidos grasos del tipo Omega 3. “Para esto debe asegurarse la ingesta de una alimentación completa, que incluya alimentos proteicos como las carnes y las legumbres, las que además de ofrecer las proteínas, son ricas en zinc y, en el caso de las carnes, también ofrecen abundante hierro de gran biodisponibilidad”, explica.
El ácido fólico se encuentra principalmente en los vegetales, pero Chalmers advierte que este es vulnerable a las elevadas temperaturas, por lo que se pierde en los procesos de cocción, por lo que recomienda el consumo de verduras crudas o con baja exposición a procesos térmicos. Asimismo, el omega 3 se debe conseguir preferentemente de alimentos de origen marino, es decir, de los pescados, y en segunda instancia de las semillas de linaza y algunos aceites como el de soja.
“Las mujeres que no consumen carnes o que excluyen de su dieta algún otro tipo de alimentos, deben solicitar apoyo al nutricionista para asegurar el correcto aporte nutritivo en las distintas etapas de la gestación”, sugiere. De igual modo, dice que es Importante tener en cuenta que algunos suplementos no deben ser sobre consumidos, como es el caso de la Vitamina A.
Qué comer durante el embarazo
Al igual que en la etapa pre-concepcional, durante el embarazo se debe asegurar la ingesta de todos los nutrientes esenciales. “Ello, porque ante su ausencia, el organismo dispondrá de las reservas nutritivas de la madre, generando predisposición al desarrollo de situaciones clínicas carenciales en la madre”, indica Stefanie Chalmers.
Sumado a lo anterior, la docente de Nutrición y Dietética de la Universidad del Pacífico agrega con énfasis la necesidad de consumir muy bajas cantidades de sal y asegurar que la ingesta calórica se ajuste al cálculo que su médico o nutricionista indicó. “Recuerde que las recomendaciones calóricas y nutritivas deben ser determinadas por el especialista en base a su peso corporal, su talla al momento del embarazo y ajustadas a la evolución y contexto clínico, entre otros. Es por eso que una embarazada solo debe confiar en él para ser guiada en un aspecto tan importante en la evolución del proceso de embarazo”, puntualiza.
La nutricionista dice que es importante saber que el sistema de una mujer embarazada tiene mayor dificultad para evitar el paso de agentes tóxicos que pudieran provenir de comida contaminada o bien de la ingesta o exposición a agentes nocivos como el alcohol y el tabaco. “Por esto se debe realizar un exhaustivo lavado de las frutas y verduras, preferir la ingesta de alimentos frescos y evitar el exceso de colorantes, conservantes, edulcorantes y otros elementos reconocidamente nocivos”, aclara.
En esta etapa, también se debe añadir la ingesta frecuente de fibra y de agua, por lo que recomienda aumentar el consumo de agua en 1 a 2 vasos más al día, a fin de evitar los frecuentes problemas de constipación y sus complicaciones.
Los antojos también pueden generar problemas. “Aquí es importante estar atentos a reconocer la ingesta excesiva de algún tipo de alimento en particular, como ocurre en los casos de antojos reiterativos por un mismo tipo de alimento, ya que aquello podría impedir que se consuman otras fuentes alimentarias que permitan el abastecimiento de la totalidad de los nutrientes requeridos”, comenta.
Otra precaución importante es evitar las infusiones con reconocida asociación al debilitamiento de los procesos involucrados en la mantención del embarazo. “Es este el caso del boldo, el matico, la menta, entre muchas otras, así como también evitar las bebidas estimulantes como el mate o el café. Una infusión recomendable para la embarazada es la rosa mosqueta o la melisa para las náuseas, la hierbabuena para el dolor de cabeza y la hoja de palto para la tos”, indica.
Cuidados especiales en el embarazo tardío
Si bien los cuidados generales para quienes son madres son esencialmente los mismos a cualquier edad, la especialista de la Universidad del Pacífico plantea que se deben considerar las demandas especiales que puede tener una madre, en general, después de los 40 años. “Después de los 40 años es común que las dificultades típicas del embarazo, como la constipación y el meteorismo, se vean incrementadas. También las alteraciones patológicas tienen una mayor prevalencia, como alzas de presión arterial, desregulación glicémica y desmineralización ósea, por lo que siempre va a ser aconsejable que se acuda a un nutricionista para una asesoría que se ajuste a cada situación”, sugiere.
Por ejemplo, las medidas básicas frente a la constipación son el aumento de la ingesta de vegetales (para ofrecer fibra) y agua, las que también colaboran con el control de las situaciones patológicas mencionadas. Sin embargo, hay que tener ciertos cuidados. “Hay que considerar una especial atención al ofrecer los alimentos ricos en fibra, o los alimentos ricos en calcio o hierro, en horarios diferidos respecto a los suplementos nutricionales, a fin de que el aumento en la oferta de fibra no limite la absorción de nutrientes que son requeridos en mayor cuantía, debido a los requerimientos normales del gestante y los requerimientos aumentados de la madre tardía”.
Para finalizar, recomienda tener un cuidado más acabado respecto a la selección de alimentos, asegurando la limitación en la ingesta de Sodio, azúcares refinados y grasas.