A partir de hoy, todos aquellos que transiten por la Ruta 68 podrán ver cuatro gigantografías, instaladas a ambos lados de la carretera, que hacen un fuerte llamado a la defensa de los Derechos Humanos del niño por nacer. El mensaje central de estas vallas camineras es que “el aborto es tortura, muerte y desaparición” de un ser humano, por lo que un proyecto de ley que busque despenalizar el aborto, bajo cualquier causal, atentará indefectiblemente contra el derecho humano fundamental de la vida, contra el derecho a vivir libre de tortura y contra el derecho a ser reconocido y enterrado de manera digna.
“Nuestros carteles denuncian una realidad incontestable: un niño abortado es un ser humano que ha sido torturado hasta la muerte. Un niño abortado en nada se diferencia de una persona detenida, torturada y desaparecida. Eso expresan nuestras gigantografías”, argumenta Francisco Subercaseaux, vocero de Informaborto.
“Desde pequeños aprendimos que no se puede matar a otro ser humano bajo ninguna circunstancia. Este principio fue violado reiteradamente durante la dictadura de una manera brutal. Y ahora, increíblemente, muchos de los que lucharon en contra de esta injusticia tan grande, que vieron a sus amigos desaparecer, que incluso sufrieron en carne propia torturas, quieren violentar el Derecho Humano fundamental a la vida”, agrega Subercaseaux.
“Un niño en gestación es el ser más indefenso del mundo—dice Rosana Landaluce, también vocera de Informaborto—. En la gigantografía se ve a un niño de 10 semanas de gestación, al que se le ha abierto el abdomen, se le ha cercenado la cabeza y se le ha arrebatado la vida, durante un aborto legal y seguro. Eso es tortura y muerte. Luego, ese cuerpecito mutilado será lanzado al tarro de la basura y nadie nunca podrá reconocerlo ni reclamarlo”.
“La igualdad de género no consiste en darle a la mujer el derecho a matar a su hijo, por alguna causal. La verdadera equidad de género consiste en que tanto el hombre como la mujer se hagan responsables de sus actos, de todos sus actos, incluso de los actos sexuales. Y, en caso de que el padre sea un violador, de que el hijo venga enfermo o de que la madre esté en riesgo, el Estado debe asegurarle a la madre ayuda económica, psicosocial, y médica, sin discriminar a nadie”, declara Subercaseaux.
“En este sentido, el aborto no soluciona nada. Al contrario—abunda Landaluce—el aborto destruye a la mujer, y mata a su hijo. Con el aborto, el Gobierno se lava las manos en su responsabilidad de apoyar a la mujer en su maternidad y discrimina de una manera horrorosa a chilenos por su origen, por el crimen de su padre, por su condición física y por las enfermedades posibles de la madre”.
Continúa Subercaseaux: “Así como es fuerte la imagen del Estadio Nacional como centro de detención y así como se nos desgarra el corazón en el Museo de la Memoria y en Villa Grimaldi, así también tiene que horrorizarnos la sola idea de torturar, asesinar y desaparecer niños en los hospitales del país. El que no protege a un niño indefenso e inocente en el vientre de su madre, quien no salvaguarda el derecho de cada mujer de Chile a tener un embarazo y una maternidad con ayuda del Estado y quien quiere quitarles a los hombres su paternidad, que no se declare después defensor de los Derechos Humanos”.
“Aplaudimos la creación de la Subsecretaría de Derechos Humanos. Creemos que es un avance importantísimo en la defensa de la dignidad de cada uno de los chilenos del país. Sin embargo, no podemos creer la incoherencia gigantesca que hay entre la creación de esta Subsecretaría y la instauración del aborto por cualquier causal, en Chile. Es inconcebible que dos días antes del anuncio de la creación de esta Subsecretaría, Michelle Bachelet haya hecho una apología del aborto en la ONU. ¿Cómo se logra dividir así los Derechos Humanos? ¿Hay derechos humanos para algunos y para otros no? No tiene ningún sentido. Sobre todo si consideramos que en Chile hay necesidades extremas en educación y salud, por ejemplo. ¿Por qué el aborto es prioridad para el Gobierno? ¿Qué negociado gigantesco habría detrás?” dice Landaluce.
“Hacemos un llamado a los legisladores y al Ejecutivo, para que tomen conciencia de las implicancias de un aborto, de cualquier aborto, bajo cualquier causal. Siempre, en todo aborto, por legal y supuestamente seguro que sea, se tortura a un niño hasta su muerte y se hiere profundamente a una mujer y a un hombre. Votar a favor de la despenalización del aborto es, siempre y por cualquier causal, votar a favor de la tortura, de la pena de muerte y de la desaparición” declara Subercaseaux.